Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

lunes, 23 de mayo de 2011

EL ENTORNO HUMANO COMO ELEMENTO DE REEQUILIBRIO EN PERSONAS CON FIBROMIALGIA. VISIÓN DESDE LA ANTROPOLOGÍA MÉDICA Alfonso J. Aparicio Mena.

 El siguiente texto corresponde al esquema de diapositivas (power point) de la ponencia titulada como arriba se indica, dentro del III Congreso Multidisciplinar de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica de Castilla y León: "LA VISIÓN DE LA FIBROMIALGIA Y EL SFC DESDE LA FAMILIA, AFECTADOS Y ASOCIACIONISMO" (Palencia. Octubre, 2009).

Desde una óptica antropológica podemos ver-entender los problemas de salud-bienestar como alteraciones y desequilibrios alcanzando la persona al completo, aunque aquéllos se aprecien-muestren especialmente en una o varias partes-facetas de ésta.
De tal manera los problemas tendrían varias dimensiones, más o menos perceptibles: física-biológica, social-comunitaria, mental-emocional y cultural (interrelacionadas).
Homólogamente, desde esa perspectiva la visión de la persona es también natural, social y cultural.
Esto quiere decir que en el acercamiento comprensivo antropológico a un desequilibrio estudiaríamos las interacciones de la persona: a) con el medio natural-biológico, b) con el humano, c) consigo misma y d) con el mundo cultural, de creencias e ideas, observando especialmente las (interacciones) que tengan consecuencias negativas para ella pero entendiendo que generalmente existe una relación de fondo entre todas.

A las informaciones obtenidas con el estudio de las interacciones (estudio que puede ser multidisciplinar y/o intercultural), desde una óptica antropológica se ve necesario añadir la narración de experiencia del sufriente ya que la enfermedad se individualiza en cada uno conociendo, a través de lo referido, la vivencia particular que del mal tiene esa persona.
Llegamos así a la definición de salud/enfermedad como  estados de experiencia comunicables.

Los antropólogos trabajando/investigando en salud se han planteado cómo comunicar correctamente los desequilibrios, las alteraciones y los padecimientos, llegando a diferenciar en lengua inglesa entre: Desease, Illness y Sickness.
Conocidos autores como R. Hahn, A. Kleinmann, B. Good, P. Brown o J. Rush han tratado el tema en sus obras.
A grandes rasgos podríamos establecer:
   a) Situaciones problemáticas; es decir: objetivables. P. e.: un traumatismo accidental o una infección respiratoria estacional.
   b) Situaciones de desequilibrio especialmente vividas. P. e.: una artrosis degenerativa, las alteraciones crónicas.
   c) Problemas sobre los que la actitud de la persona puede influir notablemente. P. e.: la no superación de un hecho traumático concreto.

Tendríamos, pues:
   1. Líneas de estudio y atención de los problemas, positivas (la línea biologista propia de la medicina occidental convencional).
   2. Líneas de estudio y atención de los problemas entendidos como hechos complejos admitiendo el concurso y  la influencia de dimensiones  no sólo físicas o psicológicas sino también sociales, culturales, etc. (etnomedicinas).
   3. Línea de estudio y atención antropológica que valora y puede coordinar aportaciones multidisciplinares e interculturales.

Según el planteamiento anterior, ¿cómo vemos la fibromialgia y dónde la incluimos?
Resumiendo; desde nuestra posición la entenderíamos como un hecho o estado de experiencia comunicable en el que existen alteraciones perceptibles convencionalmente y otras no, alcanzando a toda la persona (por tanto, interrelacionadas), más marcadas en un aspecto y menos en otro; y de naturaleza físico-biológica-ecológica, psicológica, social y cultural.

Estos problemas no se pueden entender completamente:
   a) Si el acercamiento comprensivo no es holístico.
   b) Si no se escucha la comunicación de experiencia de quien los sufre.

      En conclusión, pese a que es necesario por razones administrativas, laborales, etc., establecer diferenciación e identificación de la fibromialgia, desde la antropología aplicada a la salud la entenderíamos como la vivencia personal de un hecho de alteración complejo e interrelacionado (sociobiopsicoecocultural).

Dado que el enfoque de este congreso se centra en lo humano de la fibromialgia, diremos desde nuestra posición que dicho padecimiento tiene causas, influencias (positivas/negativas) y características sociales particularmente destacables ya que las interacciones humanas son para la persona en muchos casos las más importantes (o muy importantes).
Para entender de qué manera se pueden utilizar el entorno familiar y social y las relaciones humanas como elementos de reequilibrio en fibromialgia; 1. Hay que estudiar particularmente las interacciones de la persona con ese medio amplio. 2. Hay que escuchar su narración de experiencia (lo que la persona dice de sí misma); 3. Hay que conocer informaciones de terceros (lo que otros dicen de ella, lo que la ciencia dice de sus problemas…).

Con todo ello, después de ubicar la interacción responsable, podemos programar-proyectar un plan de ayuda: 1. Específicamente antropológico. 2. Con asociación de otras ciencias. 3. O un plan multidisciplinar (mejor, interdisciplinar) y/o intercultural. Estos modos y procedimientos son usados por la OMS, como son usados también otros.
En dicho plan hay que tener en cuenta y contemplar, relacionados con lo social de la persona, los siguientes aspectos:

Lo cooperativo-asociativo (mundo de intereses comunes).
Lo lúdico (ocio, placer, descanso).
Lo convivencial (participación en la comunidad).
Lo organizativo (en relación con la familia, el trabajo, y otros ámbitos sociales).
Las responsabilidades (personales e impuestas)
Lo social-afectivo (familia, amistades, otras relaciones).
Lo legal (derechos).
Lo peligroso (información, experiencia).
Lo compartido (creencias, empeños comunes).
Lo cultural (refiriéndonos al aprendizaje así como a la manera propia de expresarse y enjuiciar el mundo).
La manera individual de crecer como persona.

Podríamos añadir más aspectos. He destacado aquéllos que pueden ser; por una parte, el marco de surginiento-desarrollo de mayor número de problemas; y por otra, el camino de solución de los mismos o de otros.
En todo caso la antropología, como ciencia que reconoce lo diverso, también reconoce las distintas maneras (individuales) de vivir y de sufrir los males, hablando de salud.
Ello nos lleva a decir que ningún caso de fibromialgia es (totalmente) igual a otro hablando, mejor que de casos, de personas que sufren.
Cualquier plan de ayuda autofabricado u orientado desde fuera, debe individualizarse; no olvidando que quien sufre debe recomponerse, vía social, con el juego, con el placer-disfrute, con la posibilidad de ser tenido en cuenta, con la posibilidad de saber que su opinión cuenta y que lo que hace es necesario para otros o sirve para otros, con la posibilidad de poder expresarse

    en diversos ámbitos (humano, creativo-artístico, organizativo, natural-ecológico, etc.), con la posibilidad de que lo crean y tengan en cuenta, con la posibilidad de descansar y repararse, con la posibilidad de amar y que lo amen, con la posibilidad de soñar, de ganar o perder el tiempo, de vivir en paz, de disponer de recursos mínimos, de trabajo, de libertad para pensar, de protección y ayuda, de tiempo personal, etc., etc.
     
      En todo caso, desde un plan, todos esos aspectos, proyectados, practicados, seguidos y evaluados-valorados según las necesidades individuales deben conjugarse con
   LO QUE CADA UNO QUIERE, LO QUE CADA UNO PUEDE Y LO QUE CADA UNO DEBE.

Si hablamos de la familia, hemos de decir que para alguien con fibromialgia, aquélla supone el pilar social más importante, o uno de los pilares sociales más importantes sobre los que se asegura y edifica su equilibrio y bienestar aunque éstos sean relativos. La influencia de la familia es decisiva porque el enfermo deposita generalmente su confianza en quienes quiere y le quieren. Se deja, por tanto, hacer. Cede parte de su soberanía personal a los seres queridos. El resultado de esta actitud y acción puede ser positivo para él, o negativo. Y en cualquier caso, irá con ello todo un contenido de emociones y sentimientos que le ayudará o perjudicará, robusteciendo su esperanza o haciéndole caer al vacío.

Y terminamos volviendo al origen de la exposición. Si al intentar aportar una solución o una ayuda a alguien con fibromialgia (partiendo de él mismo, de un profesional o de otro) no tenemos en cuenta todas sus interacciones y no vemos-valoramos el mal (y la propia persona) como sociobiopsicoecocultural, los resultados serán casi siempre incompletos, insuficientes, relativamente satisfactorios o insatisfactorios.
Por lo social podemos sufrir más o menos. A través de un plan que contemple lo social como elemento de ayuda y reequilibrio podemos mejorar. Pero recomponernos del todo o alcanzar una mejoría mayor sólo se dan cuando somos conscientes de que nuestro mal es social, es físico-biológico, tiene relación con el medio ambiente, es personal y es cultural. Y también cuando los profesionales lo entienden así. Las soluciones unilaterales terminan por ser sólo parches, vengan de un amigo o de un premio nóbel. La familia debe conocer esto y ayudar a la reconstrucción integral del enfermo.