Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

lunes, 16 de mayo de 2011

Etnomedicinas, antropología aplicada y enfermos crónicos. Alfonso J. Aparicio Mena.


  • INTRODUCCIÓN
El presente artículo es una versión revisada y ampliada de otro precedente que publiqué en Gazeta de Antropología con el título: La antropología aplicada y los sistemas naturales de cuidado de la salud: una ayuda intercultural para los problemas crónicos. Considero que en el mundo actual, el contacto cada vez mayor de unas gentes con otras conlleva el trasvase de ideas, formas y elementos culturales de unas sociedades a otras. Muy por encima de criterios exclusivistas o racistas que defienden la diferenciación y la separación, creo que las mezclas enriquecen si no son el resultado deacciones invasivas. Nuestras sociedades actuales son sociedades, más/menos, interculturales. Por ellas circulan muchos símbolos; en ellas se funden ideas de Oriente y Occidente. Lo que antes era curioso y exótico, ahora es cotidiano (a nivel gastronómico, a nivel literario, a nivel de cuidado del cuerpo y ejercicios físicos, a nivel de gustos musicales, a nivel de conversación corriente). Las enfermedades no son exclusivas de un grupo o de unacultura. Todos los seres humanos sufrimos más o menos, de una u otra forma. Se puede entender el malestar como algo circunstancial que no nos impide desarrollarnos como personas (a nivel afectivo, a nivel laboral-profesional, a nivel social) en nuestro medio (lo cual se vería como algo normal) o se puede entender como la imposición de una circunstancia que permanece y que nos distrae, nos aleja de nuestras obligaciones y gustos y nos quita la ilusión de vivir; o, al menos, de vivir como vemos que viven los que nos rodean, normalmente.
La idea del presente artículo la presenté y expliqué en el VII Congreso de la Sociedad Española de Antropología Aplicada (Santander 2006). Sumo aquí algunos testimonios más de informantes con los que vengo trabajando desde hace ya algunos años cuyas opiniones nos dan a entender que los problemas crónicos no se solucionan unilateralmente. De hecho, en la mayoría de los casos, no se solucionan, por eso son crónicos. Sin embargo, al enfermo padeciendo largo tiempo un mal le ayuda que le atiendan en conjunto, que le escuchen, que le consideren, que se consideren importantes cosas a las que él da importancia y que pueden pasar desapercibidas a la observación externa. Es cierto que hay diferentes tipos de problemas crónicos (y de personas que los padecen). Algunos se entremezclan con alteraciones psicológicas que se escapan del control del propio sufriente. Nuestro artículo es, pues, una aproximación a ese mundo entendiendo, como entienden nuestros informantes, que el malestar instalado no es deseado y que toda propuesta de ayuda para eliminarlo o minimizarlo, es bien recibida; más, si en otros ha dado resultados.
Lo peor para alguien que sufre es perder la esperanza. El dolor y el sufrimiento son experiencias humanas. Cada persona tiene las suyas; pero todas te quitan de disfrutar de la vida cuando el tiempo pasa y el mal permanece (Sr. Fernández, informante).
Desde la óptica de uno de los modos de curar más antiguos del mundo, la medicina tradicional china, los males se entienden como imágenes clasificables dentro de un sistema bipolar de ordenamiento del mundo: el esquema Inn-Iang, teniendo en cuenta que Inn-Iang son maneras de hablar, formas de clasificación de los fenómenos, procedimientos explicativos de los hechos y de la naturalezamétodos dialécticos para ordenar el pensamiento(Aparicio, 2004). Inn-Iang, como tales, sólo existen a nivel mental, pero todo puede ser Inn-Iang. Así, en la tradición china, hablando de manera básica y general, las enfermedades se pueden clasificar, por su duración, por la intensidad de sus manifestaciones y por el modo de vivirlas, en: agudas y crónicas. Teniendo en cuenta que la terapéutica oriental prefiere hablar de enfermos más que de enfermedades, no existe un catálogo amplio, como en Occidente, que defina desequilibrios concretos (manifestaciones, expresiones patológicas a la occidental) susceptibles de ser observados en toda lapoblación. Se habla de síndromes o categorías amplias en las que podemos incluir los males observados individualmente, correspondientes a procesosbásicos y principales en el funcionamiento de la persona (en relación con su medio y entendida ésta como unidad formada por el cuerpo, la mente,Shen, y otros constituyentes comprensibles dentro de la tradición china) alterados, cuyas manifestaciones pueden ser muy diversas. Por esa razón prefiero hablar de: "personas con padecimientos crónicos", mejor que de: "enfermedades crónicas" (expresión más propia de la ciencia occidental). Los sistemas terapéuticos tradicionales se dirigen a las personas, no a sus males (o, a la vez que a sus males). Tienen muy en cuenta la opinión que de sus problemas dan los que los padecen.