Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

martes, 19 de noviembre de 2013

Cultura popular de salud y atención en la región italiana de "Le Marche"

Por: Francesco Di Ludovico.

Introducción.

El presente artículo de Francesco Di Ludovico nos acerca aspectos de culturas tradicionales de salud en la zona de "Le Marche" (Las Marcas), Italia. En una Europa avanzada, en la que la "Cultura global" de corte economicista parece haber llegado a todas partes, sustituyendo en algunas las tradiciones ancestrales, entre las que se encontraban antiguos modos autóctonos de luchar contra las enfermedades y el infortunio, todavía es posible encontrar reductos culturales vivos y operativos. Es lo que nos trae a estas páginas el Dr. Di Ludovico al hablar de modos populares de curar y atender en salud-bienestar conservados en sociedades que, si bien "avanzan" con el resto de los grupos y países europeos hacia nadie sabe dónde en la actualidad, siguen siendo la base de equilibrio de gentes que en ellas se sienten seguras. Las medicinas tradicionales y populares europeas son parte del patrimonio cultural de todos nosotros y debemos intentar que no desaparezcan ya que si así fuese, perderíamos una de las señas de identidad más importantes en nuestra existencia como pueblo, o conjunto de pueblos (A.J. Aparicio Mena).


Cultura popular de salud y atención en la región italiana de "Le Marche".

La región de "Las Marcas" se sitúa en la parte centro-oriental de la península italiana. Asomada por el Este al mar Adriático y acomodada al Oeste en los montes Apeninos, linda con nada menos que otras cinco regiones (entre las cuales están: el Lazio capitalino y la Toscana, además de la República de San Marino). No deja sorprender, pues, el hecho que en semejante región, aunque de mediana extensión (alrededor de 150 km de costa y la mitad entre el mar y el confín occidental), se encuentre una gran variedad de expresiones culturales aunque con una "base" característica (formada en los últimos siglos). Para confirmarlo, cuatro son las cepas dialectales, manifiestamente distintas que allí existen: tres procedentes de las regiones limítrofes y una local; se extienden geográficamente paralelas tales como paralelas hacia el mar se sitúan las colinas (y los rios interpuestos) y las divisorias de sus cinco provincias. 
Semejante fenómeno lingüístico por sí mismo es suficiente para corroborar cómo la región de Las Marcas ha sido ocupada por pobladores provenientes de diferentes zonas: si lindantes, frecuentemente procedentes de lejos; si no, vía mar por etnias necesariamente distantes. De hecho, la llegada, en varios tiempos, de Romanos-Latinos, Sabinos-Picenos, Griegos, Etruscos, Umbros-Pelasgos, Galos-Senones, Franceses, Vénetos y Longobardos, ha causado, a lo largo de siglos, una mezcla impresionante de costumbres. Sólo desde hace casi dos siglos, la población de Las Marcas se considera uniformada en cuanto a historia. No podemos hablar de una "base" común (ya que de una raíz única no se trata) pero, sí y más bien, de una "geograficidad" (por asi llamar a la consecuencia histórico-política de una geografía prefijada) colectiva. Sin embargo, la fuerte diferencia genealógica constitutiva (además distribuida no homogéneamente) hace todavía que persistan desemejanzas culturales. 
Por lo que concierne el aspecto antropológico de la salud, en la región de Las Marcas podemos reafirmar que estos últimos doscientos años han hecho que, por lo general (aunque persistiendo unas interesantes particularidades), los nombres de las entidades nosológicas sean los mismos o semejantes, las terapias parecidas, las explicaciones etiológicas similares, etc.
En caso de diagnósticos difíciles, a mediado del siglo pasado, muchos de la región de Las Marcas (y no sólo) se dirigían a la famosa sensitiva Pasqualina, de la cual hemos aquí, en este blog, tratado en un articulo específico.


"Paura" o “Spavento”. “Espanto”. No peculiar de la región italiana de Las Marcas ni de Italia en genearal, la expresión nosológica popular del “espanto” se encuentra en muchas partes del mundo. En Las Marcas, clínicamente se resume casi siempre, agudamente, en pánico (por causas eminentemente objetivas y reales), seguido por sopor y agotamiento. La terapia consiste en bañar ritualmente la cabeza del enfermo. El ritual consta de rezos declamados por parte del sanador mientras “lava” la cabeza (principalmente el rostro; pero hay quienes bañan también los antebrazos y otras partes del cuerpo) del enfermo con una tisana tibia a base de la decocción de la planta entera de la Hierba de la perlesía (Stachys recta) y/o de la Hierba de San Juan (Hypericum perforatum); a veces, por la decocción, se añaden ramitas de romero (Rosmarinus officinalis), las partes aéreas de la ruda (Ruta spp.) u hojas de albahaca (Ocimum basilicum).

“Gnenoccia” [pronunciación en castellano: "ñenocha"]. Etimológicamente, en idioma italiano: non gli nuoccia, no le dañe. En la zona central de Las Marcas, es una fórmula conjurial que se dirige a los niños, especialmente a los recién nacidos, por parte de quienes los van a visitar, para desearles que no se les acerque ninguna influencia negativa; es decir, para que nada les perjudique su salud.

“‘Mmidia”. "Envidia". Dirigidida por una persona mala, por envidia, la 'mmidia es una entidad nosológica popular de Las Marcas meridionales que clínicamente consta de dolor de cabeza difuso y cansancio o depresión nerviosa. Si la persona afectada es joven, la terapia es la misma del “espanto”; si el paciente es ya grande de edad o si los síntomas son graves, la terapia es la misma del “mal de ojo”. Cuando la oración que el sandor declara no sea hecha en secreto, se me ha relatado que es: San Pietro de Roma e San Pietro de Spagna, porta via ‘sta ‘mmidia, liscicca e 'ssa lagna; ce sia o non ce sia, fa’ che questo male vaca via (“San Pedro de Roma y San Pedro de España, llévate esa envidia, desazón y tabarra; que haya o que no haya, haz que este mal se vaya”). En ambos casos, sin embargo, la decocción/agua que se ha utilizado tiene que ser tirada en la parte central de la encrucijada más cercana; esto --según lo que me han relatado los informantes locales-- se hace para que quienes la transiten tomen la "malas vibras" de la "envidia" que ahí han sido tiradas. 
En caso de diagnóstico sospecho, es decir si se opina que la persona padece de malestares parecidos a la "envidia", el ritual terapéutico se vuelve profiláctico haciéndolo anualmente el día 24 de junio (día de San Juan). Los terapeutas que repiten (simbólicamente) tres veces este procedimiento de "limpia" consideran sanado el paciente cuando el agua usada se vuelve cristalina. En este caso, me han relatado que el numero "tres" es significativo de la santa trinidad, a la que se dirige la oración.



“Fattura". Hechizo. Es considerado como un “mal de ojo” muy pernicioso, que puede llevar hasta a la muerte el desgraciado. Es causado, por parte de gente muy mala, a través de acciones deliberadas (practicadas a través de mediadores: magos, brujos, etc.) como: arruinar de varios modos (pinchar, rasgar, etc.) muñecas de tela que llevan el nombre (o unos cabellos) de la víctima. El tratamiento es el mismo de aquel contra un “malocchio”; sin embargo, vista la gravedad del hechizo, la terapia se puede complementar con rituales profanos como el quemar hojas de papel que tengan escrito el nombre del mandante probable, y con rezos cristianos.

“Malocchio”. Mal de ojo. Causado por "malas vibras" deseadas por parte de una persona mala. Se manifesta frecuentemente con dolor de cabeza en la parte central de la frente, entre los ojos; además de cansancio. La terapia es llevada a cabo por una mujer benévola y pía, que a cambio de su ayuda no pide dinero. Los “ingredientes” son un plato hondo, agua y un poco de aceite de olivo; eventualmente un rosario o una vela de cera. El paciente se sienta; la mujer pone adelante de él, en la mesa, un plato lleno de agua. Después de haber rezado en voz baja, ella sigue susurrando, casi siempre secretamente, unos conjuros mágicos y religiosos a la vez. Después, se unta unos dedos con aceite y hace el signo de cruz repetidamente (sin embargo, tres o sus múltiples) arriba de la cabeza y sobre la frente del paciente; con la misma mano arroja unas (tres o sus múltiples) gotas de aceite en el plato. Viéndolas, ella interpreta la disposición de las gotas; segun cómo éstas se han dispuesto (entre ellas mismas, más/menos a la cercanía de la orilla, en qué tamaño, si eventualmente sobrepuestas, etc.), ella diagnostica la gravedad del hechizo y el sexo del mandante (hombre si las gotas son alargadas). El paciente se considera sanado si después de haber recibido tres veces (en tres días diferentes, donde el último sea de luna creciente) este ritual, las gotas permanecen unidas o concéntricas.

"Pantafana" (y nombres parecidos, según la localidad: Pantafa, Pantafica, Pandafeche, etc.). Así se le llama, en la zona sureña de Las Marcas, a la sensación de compresión torácica que se tenga durante el periodo de adormecimiento/despierta del sueño. Semánticamente equivalente al inglés Nightmare y al alemán Nacthmahr (en ambos idiomas: pesadilla; etimológiamente: monstruo nocturno) por ser considerada la manifestación física de una bruja demoníaca que obra su maleficio agobiador a una persona mientras ésta duerme (y se percata cuando no está todavía completamente dormida o cuando está a punto de despertarse). Neurológicamente, según la fisiología ortodoxa, se la considera un síntoma de la llamada "ilusión ipnagógica" que consta de la visión alucinatoria, poco antes de dormirse o poco después de haberse despertado, de una mujer (no a la fuerza terrorífica, sino también una hada) estando cerca de la cama y la sensación de imposibilidad de moverse (entumecimiento, parálisis) y de respirar (apnea). La terapia, como profilaxis, consta de rezos cristianos antes de dormirse. En caso el fenómeno de la Pantafa sea frecuentemente sufrido por una persona, se le propondrá una "limpia" con hierbas como en caso de "envidia". Sin embargo me han relatado que, para que el "demonio" agobiador se aleje de la persona, el ritual tiene que ser repetido tres veces en tres días diferentes (que pero no sean ni martes ni viernes). En caso que el agua de decocción usada siga siendo opaca en vez de cristalina, la terapia de complemento consta de rezos, hechos por parte del paciente y su familia.

En caso de anemia se come una manzana que haya sido pinchada con clavos durante un mes, o se bebe un poco de vino contenido en una botella donde haya sido dejado hierro (de clavos, etc.) en pequeños trozos.

En caso de helmintiasis intestinal en los niños, se hace la señal de la cruz arriba de la panza con un ajo. Se cree que el ajo adormila los gusanos o, según otros relatos, que (en general) aleja el mal. Contra esta enfermedad, el no usar ajo sino solamente la imposición taumatúrgica de manos, un tiempo se le permitía a quien había podido matar un topo con sus manos.

En caso de gripa en los adultos, en la región de Las Marcas es popularmente aconsejado beber el "vino santo". Es un enolito donde adentro del vino se deja durante 1-3 semanas unos trozos de corteza de canela, la cascara de una naranja, unos clavos (Eugenia caryophillum) y una pizca de nuez moscada (Myristica fragrans) en polvo. Se bebe calentado. Como profilaxis, es muy frecuente que se aconseje de llevar consigo (principalmente en el bolsillo) un fruto del castaño de Indias (Aesculus hippocastanum); quizá por su semejanza botánica, se considera su válido sustituto el fruto del castaño común (Castanea sativa).

Para que no se acerquen malas "vibras" que causen enfermedades, la medicina (preventiva y apotropáica!) popular de Las Marcas sugiere traer consigo mismo una bolsita con adentro un poco de pelo de tejón y una medalla sagrada que tenga la imagen de la virgen María (especialmente de Loreto, santuario imprescindible de esta región italiana); y un cuernito rojo (especialmente si de coral), por aquéllos más supersticiosos.

Contra la fiebre tifoidea, en los tiempos antiguos en Las Marcas del norte se solía poner un pajarito (sobre todo el pichón) bajo la tierra cerca (o adentro) de la casa del enfermo. Después de unos días, una vez desenterrado el animalito, el paciente se consideraba sanado.

Para que ovinos y bovinos fueran preservados contra las enfermedades, en unas zonas (principalmente montesas) de Las Marcas se solía hacerles comer hierba fresca en la madrugada del día de la Ascensión (el jueves de la 6ª semana después de Pascua) ya que se creía que era hierba bendita.

La decocción de una acelga (Beta vulgaris) que el día 1º de mayo había sido fregada sobre las urnas de los santos, en unas zonas de Las Marcas centrales era considerada una panacea contra cualquier malestar.

Problemas esquelétricos agudos: fractura ósea, dislocación articular. En Las Marcas, al igual que en unas regiones de la Italia central, la terapia consta en poner, por parte de un especialista, la clara de huevo masajeándola durante varios minutos arriba de la parte anatómica afectada hasta que el emplasto se haga blanco (procedimiento llamado por lo tanto “chiarata”) y rezando a la vez. Relatan que el paciente, para sanar, ha que tener fe en Dios y creer en ello.

FOTOGRAFÍAS : Bárbara Meroli


BIBLIOGRAFÍA:
- Antonio De Signoribus: Segreti e storie popolari delle Marche; Newton & Compton, Italia. 2011.
- Lola Romanucci-Ross: One Hundred Towers: an Italian Odyssey of cultural survival; Greenwood Press, EUA. 1991.
- F. Filippetti, E. Ravaglia: Guida insolita ai misteri, ai segreti, alle leggende e alle curiosità delle Marche; Newton & Compton, Italia. 2002.
- Maurizio Fileni: La medicina popolare nelle Marche centrali; Gesp, Italia. 1988.
- A. Turchini, "La medicina popolare. Marche"; en: T. Seppilli: Medicine e Magie; Electa, Italia. 1989

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