Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

domingo, 8 de mayo de 2011

LA LENGUA Y SU VALOR EN LA ETNOMEDICINA ZAPOTECA. Comparación con otras tradiciones. Alfonso J. Aparicio Mena.

I. Introducción.
Me interesé por el idioma zapoteco, estudiando la etnomedicina local, no sólo por ser el
medio de comunicación y transmisión de contenidos tradicionales de salud de unas gentes
y unas comunidades de la montaña oaxaqueña (objeto de la investigación de mi tesis doctoral) sino también por ser una manera de vivir y expresar-explicar las interacciones con el
entorno, por parte de los miembros de esos grupos. Las relaciones con el medio (naturalfísico-biológico, social-familiar-comunitario, cultural-mundo de creencias, organización y
normas tradicionales) son experiencias con valor en sí mismas en la vida social zapoteca
y en la de todos los pueblos originarios mesoamericanos. Las lenguas de las comunidades
dan forma oral a las vivencias adecuándose a pautas tradicionales y a las necesidades de la
comunicación (en relación, en este caso, con la salud y la enfermedad). No nos interesamos
aquí por el idioma de una determinada etnia desde el punto de vista del estudio convencional de la lengua. Nos interesa el idioma como “manera viva de transmisión de la experiencia”, según la tradición local y según las referencias de mis informantes; el idioma como
modo de acercarse a las vivencias de los antepasados; el idioma como forma de trasladar “el
espíritu” del pueblo al presente; el idioma como manera de asegurar la continuidad del “ser”
(la integridad) social en el espacio (en su espacio) y en el tiempo. El idioma no sólo puede
informar sobre vivencias de enfermedad a los etnomédicos locales. También, según ellos,
puede ayudar a curar, o curar directamente. La lengua para los zapotecos, y para todos los
grupos mesoamericanos que conozco, sus lenguas, tienen “poder”. Su uso especializado por
chamanes y etnomédicos puede servir al bienestar de los individuos y de la comunidad. Su
uso por determinados conocedores y practicantes (llámense hechiceros o similar, refiriéndonos a personas capaces de hacer daño), puede servir al bienestar de unos por medio del
malestar de otros; o puede causar mal directamente por intereses personales o por contrato.
Para los bilingües (originarios), el castellano no tiene el poder y la fuerza que su lengua madre. Para los miembros de la sociedad mestiza, el castellano tiene las mismas capacidades
de influencia que los idiomas originarios en sus respectivas sociedades y contextos.Los zapotecos forman el grupo originario más numeroso de Oaxaca. Se reparten por
cuatro grandes áreas: los Valles Centrales, la Sierra Norte, el Sur y el Istmo de Tehuantepec.
Pese a que todos hablan la lengua zapoteca, las zonas tienen sus variantes locales. Hay matices culturales diferentes en cada uno de esos espacios. Dichos matices alcanzan también
las tradiciones de salud y la etnomedicina. Sin embargo, en las cuatro áreas se consideran
zapotecos, entendiendo la salud como equilibrio y las enfermedades como manifestaciones
individuales y personalizadas de desequilibrio. Mi apunte se refiere a la cultura tradicional
de salud de la Sierra, distrito de Villa Alta (San Juan Tabaá). Allí conocí a tres etnomédicos
diferentes y a una serie de personas implicadas en el desarrollo económico, social y cultural de la zona, que, interesados a la vez por la preservación de sus costumbres y modos de
organización, me informaron con detalle de sus tradiciones terapéuticas y maneras de curar.
Los vi proceder y me expresaron lo importante que es pensar en su propia lengua para llegar
a entender los problemas de salud en su contexto cultural-organizativo-normativo y buscar
soluciones, sobre todo cuando se trata de enfermedades de nosología indígena como: susto,
empacho, aire, muina, ojo, y otras.
Las transcripciones aquí expuestas corresponden al habla local; en algunos casos, consensuadas con mis interlocutores; en otros, escritas/corregidas con el visto bueno de mi
informante (tras escuchar mi repetición oral). Es posible que estas variantes disten algo de
la lengua tipo. No es mi intención hacer un estudio lingüístico sino destacar la valoración
vital de la lengua hecha por sus hablantes.

Acceso al artículo completo:
http://www.ujaen.es/huesped/rae/articulos2008/18mena08.pdf