Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

domingo, 13 de mayo de 2012

La economía natural en el entorno de la salud tradicional y natural (apunte antropológico).

 Autor: Alfonso J. Aparicio Mena

(Comunicación presentada en el Congreso de Antropología Iberoamericana de la Universidad de Salamanca, 2011).

Prohibida su reproducción sin el consentimiento expreso de los autores. Derechos reservados.
Interpretación de imagen del Códice Florentino. Autor: Álvar Aparicio Tejido.


1. INTRODUCCIÓN.

En todas las sociedades existen maneras diversas de entender y explicar hechos relacionados con el bienestar/malestar, aproximándose los significados a las tradiciones y culturas locales. También se enmarcan en dichas tradiciones las ofertas de ayuda-cura y los modos de atención de los desequilibrios.

A grandes rasgos, diremos que en la llamada Sociedad Occidental (que englobaría diferentes países) existen:

a) El Sistema Terapéutico Convencional (moderno, tecnológico, científico).
b) Sistemas de origen local, llamados Naturales y/o Tradicionales, como: la Naturopatía, la Fitoterapia exclusivamente, la Homeopatía, modos diversos de atención física, formas de atención trasmitidas de generación en generación (familiares o regionales), etc.
c) Etnomedicinas importadas/adoptadas (provenientes de culturas ajenas).

En sociedades no occidentales, de culturas nacionales o multiculturales, podemos encontrar:

a) El Sistema Convencional Occidental (ya extendido prácticamente por todo el mundo).
b) Sistemas Tradicionales y Naturales locales diferenciados según tradiciones y culturas. Estos modos de atención en salud/bienestar pueden ser considerados “sociobioculturales” (Aparicio, 2005, 2009) por entender que los problemas y los males tienen una dimensión física (orgánica), una dimensión social (comunitaria) y una dimensión cultural relacionada con el mundo de creencias y las tradiciones locales. Sin olvidar la dimensión ecológica del bienestar. Paralelamente, la persona es vista como una entidad-unidad compleja con parte individual, parte social, parte natural-ambiental y parte no física relacionada con las creencias comunitarias y familiares.

2. ANÁLISIS DE LA EXPRESIÓN ECONOMÍA NATURAL (RELACIONADA CON LA IDEA DE SALUD Y LAS ETNOMEDICINAS EN LAS SOCIEDADES TRADICIONALES).

Tanto en las sociedades de lo que denominamos Cultura Occidental como en las que siguen otras líneas de progreso, existen (a veces de manera paralela, a veces enfrentados) modos diversos de entender y atender en salud. El más extendido, el Occidental convencional, se relaciona con la ciencia y el mercantilismo. Otros (sistemas terapéuticos asiáticos como la Medicina Tradicional China o amerindios como las Medicinas Tradicionales Mexicanas) se relacionan con el hilo cultural de las tradiciones locales y la naturaleza.

Al hablar de economía natural nos referimos a las relaciones del ser humano y los grupos con el medio (natural, social y cultural) caracterizadas por la adecuación, el equilibrio, el respeto, la integración y el provecho mutuo (humanos-medio), principios que definen las Medicinas Tradicionales y que difieren de los que caracterizan el trío: salud-medicina-economía de la cultura occidental convencional.

Por ADECUACIÓN entendemos la adaptación de la organización y las actuaciones terapéuticas[1] a la base cultural de cada pueblo y a la Naturaleza; entendidas ambas como marco de desarrollo y progreso particular de esas gentes. Esto implica la utilización del medio físico teniendo en cuenta a la vez sus necesidades[2].
Las acciones de atención y cuidado de la salud en los grupos tradicionales tienen en cuenta no perjudicar la continuidad de esas sociedades. Ayudan a proyectar la identidad de las colectividades en el tiempo; lo que quiere decir: asegurar la integridad de las gentes a través de las generaciones.
El EQUILIBRIO lo identificamos con la relación humanos-medio. Ésa no debe conllevar trastornos/alteraciones irreversibles (o no asumibles) tanto en el plano natural como en el social. Ejemplo: la explotación de determinadas plantas o recursos.

El RESPETO es el reconocimiento (en los grupos tradicionales) del valor, la importancia y la necesidad de un entorno (natural, social y cultural) en equilibrio: del que se vive, por el que se vive y para el que se vive. Eso caracteriza sus identidades. También se aprecia en dichos grupos relación estrecha entre pasado, presente e idea de futuro (mixes, zapotecos, chatinos, pueblos norasiáticos, culturas chinas); así como una conciencia de necesidad de heredar el medio y las ideas asociadas lo más parecidos a como los recibieron de sus antepasados.

La INTEGRACIÓN hace referencia al ser humano y al grupo, en su relación con la naturaleza, las tradiciones y el tiempo. Implica actuaciones para incorporar la naturaleza “dentro” del ser humano y el ser humano “dentro” del medio natural[3].
La medicina y los elementos de reequilibrio son vistos en la mayoría de las sociedades tradicionales como naturaleza más tradición (Aparicio, 2009; Di Ludovico, 2010).

Por PROVECHO se entienden las utilidades y beneficios tanto físicos como culturales provenientes de las interacciones de las personas y los grupos con el medio: conservación de los recursos terapéuticos/reequilibradores tradicionales: naturales, sociales y culturales (simbolismo curativo) por interés humano (utilidad) y por convencimiento de necesidad de mantenimiento de la unidad natural (soporte más lo que la anima).

3. ALGUNOS EJEMPLOS DE CULTURAS TRADICIONALES NO OCCIDENTALES.

Sistemas de atención y cuidado como la Medicina Tradicional China y las Medicinas Tradicionales Mexicanas no sólo se construyen sobre sus respectivas tradiciones. Tienen además en cuenta que deben servir para todos en sus poblaciones con el objetivo fundamental de asegurar su bienestar como miembros de una comunidad viva con una identidad propia que debe subsistir en el tiempo y en un marco espacial lo menos alterado posible (por ser reconocido como un ser con el que se interactúa-comparte).
Ejemplo de la economía natural a la que nos referimos es este texto del COMPITCH (Consejo de Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas) que recibí cuando estaba terminando de escribir mi tesis:

                             El médico tradicional se resiste a vender a la
                             transnacional biotecnológica los saberes
                             tradicionales comunitarios asociados a aquella
                             riqueza (plantas curativas locales) o a registrarlos
                             para sí. Antes bien, sabedor ya de quién es ese
                             capital, y qué quiere, los disemina (los saberes
                             ancestrales) y convoca a sus camaradas a hacer lo
                             mismo y a impedirle (al capital) en organizado cerco
                             social el paso a las fuentes.
                            (Aparicio, 2009).

En ese texto, el COMPITCH resalta un hecho constatable: el interés de las compañías multinacionales no sólo en las plantas llamadas medicinales sino en los saberes locales asociados a ellas. Los usos terapéuticos tradicionales están siendo estudiados además de por antropólogos, por representantes de grupos económicos con intereses comerciales internacionales. Existen posibilidades terapéuticas en algunas plantas que interesan fuera del estricto ámbito local en el que tradicionalmente se han venido usando. Economía natural para los miembros de los grupos originarios es proteger la herencia del pasado ya que sólo así pueden pervivir como sociedades  proyectando su identidad en el tiempo.

Otros ejemplos de economía natural dentro del contexto de salud tradicional los he apreciado en China o Sri Lanka. La mayoría de los hospitales de MTC en China fabrican sus propios medicamentos. Existen cadenas de distribución local de productos tradicionales de uso común. Pero la terapéutica tradicional tiene rasgos marcadamente regionales. Los “secretos” de las fórmulas son guardados celosamente en muchos casos, sobre todo si con ellos va el prestigio, porque “curan”. En ciertos hospitales tradicionales te obligan a firmar un documento de confidencialidad con el fin de que no reveles las características particulares (“secretas”) de las fórmulas[4] que te enseñan.

Dentro de la economía natural que hemos explicado también podríamos incluir la Medicina Ayurvédica (de Sri Lanka o India). Como observador externo podría añadir que el entorno de atención popular en ese sistema tiene relación no sólo con las tradiciones locales sino también con la situación económica, personal, familiar, social y laboral de los pacientes-clientes que acuden a los dispensarios. Cuando no hay dinero para pagar una atención, se paga con otra cosa: objetos manufacturados, alimentos diversos, etc. Pero siempre hay un modo de arreglarse con el médico. En Sri Lanka uno puede distinguir: curadores callejeros (oportunistas-charlatanes y buenos) y curadores establecidos (con su consulta y su nivel o standing). Desde el punto de vista social hay diferencias perceptibles entre unos y otros, no sólo a nivel de clientela sino también de prestigio profesional dependiendo del origen familiar de los médicos. Algunos podrían pensar, desde el posicionamiento occidental (“primer mundo”) que la economía natural dentro de la que se incluyen las atenciones tradicionales en estos países es sólo una forma de “subdesarrollo”. No es, o no debe ser, ése el pensamiento de un antropólogo. Existen otros modos de avance en el mundo aparte del científico. Existen otros sistemas económicos en el planeta aparte del capitalista o de sus antagónicos comunistas.

En el mundo actual es difícil encontrar grupos humanos viviendo y siguiendo al cien por cien sus líneas de progreso ancestrales (al menos, es lo que he apreciado experiencialmente y escuchado de otros observadores). La aculturación forma parte, en mayor-menor medida, de las tradiciones de los grupos (por imposición, asociación, contacto, asimilación, etc., de influencias foráneas). A pesar de ello, hablamos de culturas originales (manteniendo una relativa identidad que les diferencia de otros) y de culturas mixtas (mezcladas, fusionadas, asociadas). Diferenciamos entre unas y otras entendiendo que en las primeras, las organizaciones ancestrales adaptadas a los distintos presentes históricos han salvado relativamente la dignidad de las colectividades proyectando su identidad hacia el futuro dentro de su integridad; frente a las segundas en las que actualmente podemos observar cualquier cosa, sobre todo a partir del momento en que las influencias externas quebraron la barrera tradicional de protección identitaria local.

A partir del colonialismo en muchos lugares se da un mestizaje humano, étnico y un mestizaje económico-cultural: introducción de la cultura occidental convencional y, poco a poco, de la sociedad de mercado y el sistema capitalista junto con sus ideas asociadas. Los modos de atender en salud de esos grupos se degradaron y algunos llegaron a nuestros días en forma de esperpento teatral callejero, como se puede observar en muchas ciudades de la India, por ejemplo.

Las sociedades originales, menos contaminadas-influidas[5] por factores exógenos, y sus sistemas terapéuticos, mantienen aún modos de atención dignos, eficaces y válidos para sus gentes, modos sólidos y demandados por la población. Tal es el caso de la Medicina Tradicional China, extendida ya hoy por casi todo el planeta. Este sistema, original o intercultural (al entrar en contacto con sociedades y culturas diferentes de las de su lugar de surgimiento) se enseña en universidades asiáticas y occidentales. En el caso mesoamericano, las sociedades originales se ubican específicamente en el medio rural. Sus sistemas terapéuticos no han alcanzado el desarrollo y la expansión de la MTC. Sin embargo, aún conservan su dignidad y conocimientos, sirviendo igualmente a sus poblaciones y siendo considerados de utilidad incluso por estamentos oficiales regionales-estatales y nacionales.
Las sociedades mestizas (bien sea mestizaje étnico, económico o los dos) pueden ofrecer servicios de atención en salud válidos y aceptables o pueden ofrecer servicios basados en sistemas originarios distorsionados, alterados, transformados, adulterados, degradados, etc. En este último caso, tanto la oferta como los que la hacen suelen ubicarse en entornos urbanos/suburbanos. El alejamiento de las fuentes tradicionales, la degradación social, la incidencia de la economía de mercado y los niveles de baja formación de curadores y clientes dan lugar a algunas de las escenas de salud callejera que se pueden observar, como ya hemos mencionado, en ciudades de India, Sri Lanka, Marruecos o Mesoamérica, por poner algunos ejemplos. Ocurre que tristemente, o afortunadamente (quién sabe), el “turista” ocasional occidental visitando esos países, sólo se suele topar con el citado entorno de salud tradicional (degradado). Nunca, o raras veces, con el otro, el de los grupos originarios, el que aún sigue sobre los carriles seguros de la tradición (o las tradiciones). La economía natural que hemos explicado se aplicaría a los sistemas de atención de entornos originarios (protegidos y mimados algunos, como la MTC, por el poder nacional). Los sistemas “caricatura” no son, a nuestro juicio, consecuencia de lo que pudiera llamarse genéricamente: “nivel de subdesarrollo de pueblos no occidentales” sino el resultado de la degradación social, humana, cultural y económica de todos los pueblos a los que el colonialismo primero y luego el capitalismo salvaje cortaron sus propios caminos de progreso y desarrollo basados en sus orientaciones tradicionales, seguras, sólidas, coherentes y eficaces. El “modelo” de economía natural que aquí comentamos en el entorno de salud tradicional y natural no podría aplicarse a tales “sistemas caricatura” por ser en sí mismos caóticos como el entorno social, urbano, económico y cultural en el que han florecido.

Señala Vinod: El Ayurveda es una ciencia de la vida y hay muchos más aspectos de ésta además del funcionamiento del cuerpo. El Ayurveda en su totalidad trata de la vida como un todo y la curación de los males y enfermedades es sólo una parte (Verma, 1993: 11).

En la Medicina Ayurvédica como en otros sistemas tradicionales y naturales se trabaja esencialmente la prevención. Ello lleva al ahorro en todos los sentidos. Para la mayoría de los médicos tradicionales y naturales la alimentación, el estilo de vida y los factores emocionales (alterados) son, si no las causas más importantes de las enfermedades, sí factores de gran influencia en el desarrollo, evolución o cura de las mismas. Allí donde es posible, y cuando lo es, la acción articulada en un plan individualizado, de alimentos, estilo de vida y emociones puede ser suficiente para revertir un proceso de desequilibrio. En otras ocasiones se combina con remedios, medicamentos naturales, etc.

Queremos destacar, en suma, que los planteamientos de las acciones terapéuticas en la Medicina ayurvédica, en la MTC o en las Medicinas Mexicanas se siguen haciendo dentro de la tradición (las tradiciones respectivas). Esos planteamientos tienen los rasgos que hemos explicado al hablar de la economía natural. No sólo pueden curar y colaborar al mantenimiento del equilibrio humanos-medio; también contemplan en los males individuales la implicación relativa de esos entornos (naturales, sociales y culturales) y la necesidad de incluir dicha idea en los planteamientos terapéuticos y las acciones correspondientes.

Francesco Di Ludovico (2010) en su trabajo sobre las características etnofarmacológicas de los remedios mesoamericanos resalta la estrecha relación existente (en las culturas locales) entre el medio físico (del que se extraen las plantas), las creencias, las tradiciones de los distintos pueblos y los propios remedios utilizados.

Los grupos originarios (al menos los que conozco) todavía tienen un relativo control sobre su destino; y aunque la penetración externa es lenta pero progresiva, mantienen la calma reforzándose y reforzando sus saberes a través de la convivencia diaria y también por medio de reuniones periódicas[6] en las que se exaltan los valores heredados, revalorizándose los saberes ancestrales ante los observadores externos y ante los jóvenes y niños de sus comunidades (continuadores en el futuro del trabajo de sus mayores, en el presente).

4. ALGUNOS EJEMPLOS DE SISTEMAS Y ATENCIONES NATURALES-TRADICIONALES EN LA SOCIEDAD OCCIDENTAL.

 Haremos una brevísima referencia a las llamadas “medicinas complementarias” occidentales.
 El Dr. Edward Bach, famoso bacteriólogo inglés del primer tercio del siglo XX, desarrolló un sistema de atención a partir de una visión del bienestar diferente de la oficial convencional utilizando elementos y materiales fáciles de obtener, sin sufrir procesos industriales (por lo tanto, no costosos) y sin registrar patentes (para que pudiera acceder cualquiera a su fabricación). El sistema de Bach se basa en el uso de determinadas tinturas (obtenidas de plantas), diluidas debidamente, para ayudar al “enfermo” a remontar lo que llamamos “estados de experiencia” negativos, insatisfactorios, etc. No es nuestra misión aquí discutir sobre el valor curativo de los remedios; y mucho menos hacerlo a la luz del positivismo científico (tomado como modelo). Nos interesan, como antropólogos, las referencias de vivencias y hechos de salud dentro de entornos culturales o socioculturales diferentes de los del sistema imperante, y también dentro de los entornos del sistema imperante. El sistema Bach entraría dentro de la llamada economía natural por articular al ser humano con sus vivencias y con el medio socionatural, alejándose del principio que rige la economía de mercado (lucro económico).

El Dr. Wilhelm Shüssler (1821-1898) consideró como base de su terapéutica la utilización (para el reequilibrio) de 12 sales fundamentales que se encuentran en la sangre y en los tejidos y que son denominadas: “agentes funcionales”. La producción y el uso de dichos medios entraría dentro de lo que hemos denominado economía natural.

El profesor Eric Marié (Universidad de Montpelier) señala que la MTC intenta devolver a la persona el equilibrio natural con el uso de medios no agresivos y no obtenidos a partir de costosos y complejos procesos de transformación.

5. FINAL.

Constatamos después de haber estudiado determinados sistemas de atención (no occidentales y occidentales) basados en las tradiciones locales y la naturaleza que la economía natural de la que hemos hablado es una característica más o menos presente en todos y que dicho modo difiere del modelo de la sociedad de mercado.

En sistemas de atención tradicional como la MTC o las MT Mesoamericanas forma parte de esa economía la participación de los aquejados, tanto en el proceso de recogida de información sobre sus dolencias como en el terapéutico (necesidad de implicación responsable). Las opiniones de los enfermos (narraciones de experiencias) forman parte importante de tales modos de organización (Arthur Kleinman). La asunción de dichos modos y principios por parte de terapeutas y sufrientes hace posible proponer y poner en marcha determinadas propuestas de solución (casi siempre individualizadas) sin priorizar la utilización/intervención de medios de diagnóstico tecnológicos provenientes de la cultura occidental convencional.

Antropológicamente hablando, cualquier sistema terapéutico, por el hecho de surgir dentro de una sociedad específica, tiene validez, al menos para los miembros de ese grupo. Esos modos de atender en salud se fabricaron de acuerdo a la organización, tradiciones, cosmovisión e identidad de cada grupo. La experiencia los fue moldeando haciéndolos más eficaces con el tiempo. Para entenderlos es necesario relacionarlos con el entorno social, físico, organizativo y cultural de las colectividades a las que representan. El análisis descontextualizado de tales sistemas de curación y atención o su comparación cualitativa con sistemas tomados como modelo/referencia es un acto poco inteligente, etnocentrista y poco ético. Los seres humanos explican con sus discursos el mundo y las cosas. Si A no lo explica como B, A no es menos que B, simplemente es diferente. Según estos principios, valoramos absolutamente la medicina occidental convencional y científica actual por haber surgido también en un grupo determinado, estando relacionada con la cultura, la historia, la organización y el modo de ver el mundo y las cosas (científico) de dicho grupo. En algunos grupos originarios me han referido que la ciencia puede compatibilizarse con la experiencia de las tradiciones no científicas. Miembros de etnias que conozco en Mesoamérica no están de acuerdo con los monopolios ni con las acciones interesadas de quienes la han impuesto (la medicina tecnológica) en distintos lugares del mundo donde funcionaban de manera eficaz y equilibrada sistemas ancestrales. Si tiene que haber cambios, señalan, son los miembros de los grupos quienes tienen que quererlos.

Creemos que los sistemas terapéuticos originales, surgidos del buen juicio y adaptados al marco sociocultural de cada colectividad, pueden compatibilizarse aprovechándose lo mejor y lo más útil de ellos de manera articulada e integrada. Tal vez ése sea un futuro inteligente y humano frente a la Cruzada y la estigmatización de lo diferente o de lo que no conviene a unos cuantos.

La armonización práctica de sistemas de atención interculturales podría ser un buen ejemplo de economía natural cara al tiempo que viene.

Agradecimiento especial a los médicos tradicionales oaxaqueños y asiáticos así como a los profesionales de salud natural de nuestra sociedad que nos han aportado sus opiniones e informaciones.

BIBLIOGRAFÍA
Aparicio, A. J.,
(2005). “La medicina tradicional como medicina ecocultural”. En: Gazeta de Antropología, nº 21 (ISSN 0214-6574). http://www.ugr.es/~pwlac/G21_10Alfonso_Aparicio_Mena.html
(2009) Cultura tradicional de salud y etnomedicina en Mesoamérica. Alberta (Canadá). Trafford Publishing.
Di Ludovico, F. (2009). Il Giardino dei due mondi. Roma. Aracne.
Kleinman, A. 1981. Patiens and Healers in a Context of Culture. University of California Press.
Verma, V. (1993). Ayurveda, la salud perfecta. Barcelona. Robin Book.



[1] dirigidas a los individuos o al grupo.
[2] no agresión.
[3] Considerado éste como algo más que puro ecosistema.
[4] Cosa que tuve que hacer durante mi estancia en Beijing estudiando un posgrado de MTC.
[5] Aunque todas lo están en mayor o menor grado.
[6] Como el caso de la Guelaguetza oaxaqueña (reunión anual indígena en la que se exponen aspectos de la vida y personalidad de los pueblos indígenas).

viernes, 4 de mayo de 2012

Informe Estado de las Parteras en el Mundo

  
Como complemento de nuestros artículos sobre la maternidad indígena, añadimos esta información recién recibida:
El año pasado, junto con otros 28 copartícipes, el UNFPA y la Confederación Internacional de Matronas, CIM publicaron por primera vez en la historia el informe Estado de las Parteras en el Mundo
He aquí el enlace enviado por Daniela Díez Echeverría por el que pueden acceder a la información correspondiente:

domingo, 29 de abril de 2012

Culturización de lo natural y bienestar: el bonsái.

(Textos y fotos: A.J. Aparicio Mena)

Se comenta que la naturaleza se hace cultura en el discurso. Cuando trasmitimos con la palabra lo que apreciamos con los sentidos estamos "creando el mundo". Otros dicen: "un duplicado del mundo". Trasladamos a los demás "realidades" vividas, experiencias vitales construidas en nuestra mente con el concurso de las ideas, las emociones, la información mecánica sensorial, la voluntad  y, tal vez, más cosas. Pues bien, existe un "arte", llamémoslo así, que representa muy bien lo que denominamos: culturización de la naturaleza. Es un arte de origen asiático pero ya intercultural por su mezcla-fusión con las culturas del planeta con las que ha contactado desde hace más de 30 años: el bonsái. Su definición: "árbol en maceta". Pero los árboles no crecen en las macetas por sí solos. Es necesario que alguien o algo traslade las semillas al recipiente, los esquejes o la propia planta (primera intervención). Después hay que conocer las reglas que rigen el bonsái como modelo definido desde hace siglos en las culturas china y japonesa para aplicar las técnicas de corte, poda, pinzado y alambrado de manera que el resultado se asemeje-aproxime a los estándares ideales del catálogo de modelos (segunda intervención). El bonsái es un arte comunicado mediante un lenguaje no verbal. Lo natural, lo estético, lo original se funden en la obra permitiendo entender a quien conoce las claves, lo que hemos querido expresar a través de nuestra creación. El que no conoce las claves de apreciación convencional fabricará en su mente, quién sabe, un producto muy personal (válido antropológicamente hablando para darnos idea de las capacidades humanas para "crear mundos" a través del discurso y de lo variados que esos mundos pueden ser).
Si no conocemos un idioma, podemos imaginarnos diferentes cosas al oir hablar a dos personas. Nos esforzaremos por reconocer sus gestos y todo aquello que pueda darnos pistas de lo que hablan. Sin entrar en profundidades, a nivel significativo convencional, las imágenes de bonsái que circulan en nuestro mundo occidental son simples pero aclaratorias: "árbol pequeño cultivado en un recipiente adaptado que muestra unas proporciones armónicas y una relación equilibrada entre sus partes (apreciación externa)". Con eso suele bastar al observador medio para "entender" lo que ve. Más información, más claves y, por consiguiente, más matices significativos para poder percibir; y placer (asociado). Y ahí queremos llegar: al placer (estético, sensorial, intelectual, creativo, etcétera). Placer es bienestar (así nos lo trasmiten quienes disfrutan observando el bonsái).
Preguntamos a Boris (estudiante de arquitectura y conocedor medio de este arte):
-¿Qué sientes delante de una obrita de estas?
-Me tranquiliza ver algo armonizado. Me produce bienestar.
María (conocedora media) expresa:
-Cuando miro un bonsái, es como si la vista se me hiciese pequeña. Poco a poco me meto en la imagen y disfruto de un mundo de fantasía.
Placer, paz, disfrute, vienen a ser imágenes repetidas por quienes "lo pasan bien" observando el bonsái.
Los antiguos empleados de la corte china solían llevar a su mesa de trabajo o tener cerca rocas y arbolitos de sus tierras natales. Con ello paliaban la nostalgia y la tristeza ocasionadas por el alejamiento de sus seres queridos y de sus paisajes de origen.
El estudio del bonsái desde la ciencia etnobotánica nos conduce a la categoría de "naturaleza o plantas para el bienestar". Los japoneses expresan sus convenciones muy relacionadas con su historia y sus características como pueblo. Sin embargo, existen en los observadores medios imágenes muy parecidas a las experadas por los "disfrutadores" no asiáticos: placer, paz, reequilibrio, armonía, ayuda para la concentración, para la meditación, para olvidarse de la presión de la vida cotidiana, etcétera.
Dentro de la clasificación (puramente didáctica) de observadores de bonsái (y centrándonos en nuestro ámbito occidental intercultural), existe, entre los "avanzados", un grupo que asocia al bonsái características "estético-espirituales" muy próximas a lo que pudiéramos llamar "realidad cuántica" capaz de interactuar modificando situaciones de desarmonía en el creador de dicho arte. Esto quiere decir que la simple proximidad al bonsái le aporta reequilibrio mejorando hechos de alteración tanto experienciales como funcionales y físicos. Los "avanzados" suelen conocer el "idioma" convencional original, trabajando en la creación de árboles especiales y disfrutando no sólo de la obra final (que nunca existe en bonsái ya que cada final es el inicio de una nueva serie de trasformaciones que lo llevan a otro final y así sucesivamente) sino también, y muy especialmente, del camino que les lleva a ella.
No existe el bonsái fuera del ámbito humano-cultural. En la naturaleza podemos encontrarnos árboles pequeños en espacios rocosos en los que las condiciones del medio han sido duras; pero sólo son eso, árboles pequeños que han tenido que acomodarse. Una roca no es una maceta. No se cumple la primera condición. El marco del medio ambiente natural no es un humano y no "conoce" los modelos originales asiáticos (no se cumple la segunda condición). Por último, tampoco esculpe, poda, corta y alambra como hacen los humanos (condición necesaria para realizar este arte). Ésta sería, pues, la tercea intervención, la técnica. Trabajamos con material vivo que tiene unas necesidades que hay que satisfacer: alimento, agua, luz suficiente, espacios aireados, etc. El bonsái tiene, pues, como ser vivo, un objetivo básico junto al estético y cultural: la supervivencia. Por ello, la mayoría de los trabajos técnicos y estéticos confluyen en esa banda imprecisa de lo vital y lo cultural, ambigüedad que  caracteriza este arte ancestral.
Como antropólogos, trasladamos contenidos comunicativos y culturales de otras sociedades a la nuestra. Interpretamos, más bien, siguiendo a Hans G. Gadamer. Pero lo hacemos teniendo en cuenta de forma prioritaria lo que los protagonistas de los objetos culturales estudiados nos relatan. De esta manera, creemos, trasmitimos los productos comunicativos y experienciales de otros, lo menos desvirtuados posible a nuestro medio sin explicar lo que no nos concierne (la parcela de la cultura ajena estudiada), cediendo ese derecho a quienes corresponde (los que experimentan y transforman las culturas de las que hablamos). La cosa cambia cuando nosotros mismos nos convertimos en experimentadores del objeto de estudio. También tenemos algo que decir. Yo lo llamo: el contraste que nos ayuda a entender, al menos un poco, los mensajes recibidos de los otros (incluidas sus vivencias).
En el caso del bonsái, el contraste con nuestra experiencia nos acerca a lo referido por los informantes: actividad placentera, lenta, que nos ayuda a desarrollar el arte de la paciencia y una favorecedora ralentización de la vivencia nerviosa en dicho trabajo. Ello se traduce por relax, tranquilidad, reposo de la mente, mejora de las funciones respiratoria y circulatoria, amén de otras cosas que se salen de la línea discursiva que seguimos (cuestiones relacionadas con la conciencia y el Quanto) y que tal vez otro día abordemos.
Un consejo: interésense por el bonsái. Es una actividad saludable, tanto para los seres vivos con los que se trata (vegetales, árboles) como para nosotros (humanos). Y no decimos nada si además se introducen en el estudio categorías animistas (propias de culturas tradicionales) como elementos de interacción cultural. Los resultados pueden ser sorprendentes (por lo menos, interesantes), ¡quién sabe qué nos podemos encontrar a través de la investigación!
He aquí algunos ejemplos:

Bosque de aligustres (Ligustrum Ludicum).

El bosque de olmos de la portada, en Otoño.

Detalle interior del bosque de olmos
 

martes, 24 de abril de 2012

Nueva publicación: La "limpia" en las etnomedicinas mesoamericanas.

Reseña escrita por Francesco Di Ludovico sobre la reciente publicación cuyo título figura arriba, de los autores: Alfonso J. Aparicio M. y Francesco Di Ludovico. Se trata de una revisión y ampliación de un capítulo del libro: Cultura tradicional de salud y etnomedicina en Mesoamérica publicado por el primero de los dos y que se puede ver en la sección de publicaciones de este blog. En esta nueva obra se han añadido aspectos que completan el tema a nivel teórico desde la etnobotánica, la etnofarmacología y la antropología médica,  mostrándose ejemplos de experiencia que lo complementan y lo intentan acercar comprensivamente al lector occidental, valorándose la práctica de la "limpia" como una de las prácticas de reequilibrio más importantes en las culturas tradicionales de salud mesoamericanas.


Para constituir al ser humano, según los nativos de Mesoamérica, además del cuerpo y la mente existe "algo más". Un "algo más" no fácil de definir desde el pensamiento occidental. Es lo que podríamos parafrasear como "espíritu dinámico", vibrante vitalidad a la que se le otorgan muchos nombres locales y abundantes explicaciones. Simplificando, de cómo las fuentes (escritas y orales) refieren, se trata de una especie de energía vital que es parte integrante de todo lo creado; por lo tanto, también del ser humano. No específica de la cosmovisión mesoamericana, esa "vibración energética" con otras imágenes discursivas está comunicada por la mayoría de los integrantes de los grupos originarios de todo el mundo. En esos contextos, concretamente en el mesoamericano, hablando de salud y enfermedad, esta última se ve surgida no sólo por causas orgánicas (somáticas) o funcionales (psíquicas), también "energéticas" . Según el diccionario, "limpiar" es "quitar la suciedad o defectos de algo". Cuando lo que se quita es visible, el resultado de "limpiar" es un hecho objetivo; cuando sin embargo, la alteración, el defecto, el bloqueo en la persona son "energéticos", la "limpia" se vuelve un acto de fe, un ritual físico a un paso de lo sagrado. Este ritual curador (reequilibrador, rearmonizador) proviene de antiguo, de cuando el hombre se veía constituido por algo más que por un cuerpo tamgible y  una mente sensible.

martes, 17 de abril de 2012

El tatuaje. Apunte antropológico.

Por: A.J. Aparicio M.

El tatuaje como producto cultural dentro de la sociedad occidental (SO) tiene connotaciones significativas diversas, relacionadas con las convenciones particulares de los individuos y los grupos sociales.
Dependiendo del acercamiento comprensivo elegido referiremos lo que entendemos por tatuaje de una forma u otra. Desde una óptica antropológica aplicada al bienestar consideramos que son los propios consumidores de ese producto cultural quienes han de darnos las explicaciones correspondientes. Los que hemos consultado relatan que para ellos tatuarse es un placer. Cada cual da sus explicaciones y basan el hacerse un tatuaje en razones diversas: recuerdos de experiencias, recuerdos de personas, ideas, pertenencia a un grupo o simplemente disfrute estético.
En nuestra sociedad (SO) se ha asociado frecuentemente el tatuaje a "culturas marginales". En otras sociedades (no occidentales) forma parte de tradiciones locales y costumbres ancestrales todavía vivas y con gran peso específico en la organización y vida de sus gentes (Japón, Polinesia, Borneo, Hawai,  algunas etnias amerindias, etcétera).
El placer que proporcionan al dueño de un tatuaje los dibujos y símbolos grabados en su piel tiene repercusiones positivas no sólo en su funcionamiento nervioso sino también en el proceso de construcción cultural y comunicativa de sí mismo. Si relacionamos la maquinaria nerviosa con los funcionamientos particulares del cuerpo y las interacciones sensoriales, y lo sumamos todo a las ideas obtendremos experiencias que, trasformadas en contenidos comunicables, darán información de lo que somos a quienes nos rodean. Algunos aficionados al tatuaje opinan que los símbolos y dibujos vienen a ser maneras de culturizarnos a nosotros mismos introduciendo en la "comunicación indirecta" de lo que somos (nuestra propia presencia ante los demás) elementos que varían relativamente el diseño ornamental externo dado por la naturaleza.
En la actualidad el tatuaje ha penetrado en todas las capas sociales consumiéndose indistintamente por jóvenes, no tan jóvenes, mujeres, hombres, ricos y no tan ricos. Son apreciados  y valorados los trabajos de artistas concretos cuyos diseños y realizaciones en el soporte de la piel van llenando ese campo de creación artística en auge.

Las imágenes que siguen son cortesía de "La barbería, 35", Álvar Aparicio T. Salamanca.








domingo, 4 de marzo de 2012

PERSONAS Y EXPERIENCIAS (II)/People and Experiences. Entrevista/Interview a Francesco Di Ludovico

(Historias de vida, encuentros, entrevistas, opiniones)

Por:  A. J. Aparicio Mena.

(Queda prohibida la reproducción total o parcial de texto y fotos sin el consentimiento de sus autores o del Blog).

Unas palabras previas.

Continuamos este espacio de entrevistas, relatos/referencias de experiencia, historias de vida y comunicaciones en torno a la vivencia/las vivencias del bienestar, entendido éste como un contexto experiencial amplio capaz de tomar formas muy diversas en la comunicación. Otra de esas formas nos la trae nuestro nuevo invitado a través de la entrevista que más abajo reproducimos.

 


Francesco Di Ludovico es un médico italiano, graduado, con máxima calificación, en Medicina y Cirugía por la Universidad politécnica de las Marcas –Ancona, Italia.
Ha continuado su formación asistendo a Clínicas médicas de Neurología y de Endocrinología inclusive una particular de Nefro-urología en Barcelona –España–, ampliadola con cursos y maestrías sobre asuntos de fitoterapia y nutrición. Después de asistir en el Museo Nacional de Antropología y en la Biblioteca del Instituto INAH de México D.F. para el estudio de textos sobre la etnofarmacología y medicina tradicional autóctonas, y colaborando con la Universidad nacional de México UNAM, ha reunido sus conocimientos etnobotánicos y de antropología médica en el libro «Il Giardino dei due mondi» –2009, Aracne Ed. Es miembro de la sociedad S.i.fit. (Società italiana di Fitoterapia  Sociedad italiana de Fitoterapia).
Actualmente trabaja como médico en las Termas de Saturnia –región de Toscana, Italia–; da clases médico-científicas en cursos profesionales y de asociaciones, y ponencias académicas y magistrales en temas de fitoterapia clínica en ocasión de maestrias: en la UNAM es ponente sobre temas de herbolaria científicamente validada. Tiene activamente parte en muchos congresos nacionales e internacionales en asuntos sobre todo de etnomedicina y fitoterapia, y redactando artículos sobre herbolaria y estress oxidativo en revistas científicas y periodisticas divulgadoras.
F. Di Ludovico es miembro de AIBR (Antropólogos Iberoamericanos en Red).
Dos nuevos libros (en colaboración con A.J. Aparicio Mena) saldrán en breve, también publicados por Aracne Ediciones:
"LE PIANTE DEGLI DÈI. L´uso sacro degli allucinogeni vegetalli", y:
"ASPECTOS DE ETNOMEDICINA EN MÉXICO Y CASTILLA-LEÓN
(La medicina de los códices Florentino y De la Cruz. La influencia castellanoleonesa posconquista)".


Algunos de sus trabajos están publicados en este blog, así como reseñas de sus obras en el apartado de publicaciones. Personalmente opino que el Dr. Di Ludovico no sólo es un investigador y pensador inteligente e innovador; también es una gran persona, sensible y humano, dispuesto a escuchar y a apoyar con sus palabras en momentos difíciles. Lo digo por experiencia y con agradecimiento. Desde hace un tiempo tengo el honor de trabajar en algunos temas de investigación con él y de sus reflexiones y análisis he aprendido cosas interesantes e importantes. Le agradezco, pues, la colaboración para este espacio.


LA EXPERIENCIA DEL BIENESTAR EN ESPACIOS HUMANOS Y CULTURALES DIFERENTES.


(P) Usted conoce culturas y sociedades distintas. Hablando en general, ¿en qué cree que se diferencian las concepciones de bienestar de grupos tradicionales como los mesoamericanos y de grupos de cultura occidental convencional (de Europa, Norteamérica, etc.)?


-La concepción de bienestar no es absoluta, dependiendo su valor significante del sujeto que lo vive y del marco cultural en que se desarrolla. De hecho, en la sociedad occidental convencional se dio desde la lejana visión hipocrática suma importancia a lo corporal, mientras psique y naturaleza han sido relegados en ámbitos distintos, siendo la primera algo de no directamente influyente sobre la parte somática (concepto anatómico corroborado durante muchos siglos, hasta la filosofía cartesiana) y la Naturaleza un dono divino inescrutable. Sólo últimamente se está dando, con creciente interés, valor a la objetiva importancia de los eventos psíquicos sobre el concepto de bienestar, concluyendo que él no es tanto un buen estado corporal cuanto pisco-físico.


Los grupos tradicionales, específicamente los mesoamericanos, nunca abandonaron la importancia de la mente y su influencia sobre la parte corporal. Además, para definir la concepción de bienestar implican otros elementos: lo social, lo afectivo, lo religioso, lo natural. Para "estar bien", entonces, el hombre tendría que tener un equilibrio en las relaciones sociales (serenas pero no estáticas), en la afectividad caracterizada por un amor no excesivo, en la religiosidad no ciega sino crítica, en la relación de explotación respetuosa e inteligente de la naturaleza.


(P) ¿Qué relaciones ve usted entre la definición de salud de la OMS y las de las gentes originarias de México, por ejemplo?


 -La última definición de "salud" por la OMS tiene en cuenta la importancia de elementos no directamente corporales. Acercándose a lo que los amerindios han declarado desde que se conoce su filosofía, le falta sin embargo esos principios sutiles que según la cosmovisión  amerindia ligan la parte somática a la psique, a los ámbitos ecológicos (humanos, terrestres, celestiales) hasta involucrar el espíritu y entidades anímicas aún más inefables. Pero esto va más allá de los confines perceptibles, peligrosamente acercándose, pues, a una intimista religiosidad.


(P) Valore usted las influencias (positivas/negativas) de las interacciones físicas, sociales y culturales de las personas de cultura matriz occidental en sus vivencias de bienestar.


-El afán, la realización, el individualismo y parecidos tapan los ojos, cierran el corazón, bloquean el espíritu. Necesitamos amarnos nosotros mismos para amar los demás, a la naturaleza para aprender que a largo plazo conviene respetarla. Necesitamos enfrentarnos culturalmente, tomando y dando ideas, enriqueciendo nuestro saber en el que antes de descartar algo le demos el justo valor.


(P) En su relación con la gente, en el trabajo de usted, ¿qué papel ve que juegan las emociones en la experiencia de bienestar de las personas que observa?


-Al parecer, lo emocional surge de la conciencia; es algo que no es fácil definir. Depende de factores extrínsecos que sin embargo influyen totalmente en las respuestas corporales. La relación pisco-neuro-endocrino-inmunológico es de hecho comprobado: tristeza o estrés son advertidos entonces tanto a nivel psíquico repercutiendo a nivel físico. El ventajoso efecto (aunque placebo) de las emociones positivas  no puede permitirnos dejar de darle importancia.


Que las personas empiecen a amarse a si mismas, que sepan que alguien (algo) las ama de verdad, que el amor verdadero cura. Las personas se acercarán a un bienestar creciente.


(P) Comparando dos casos que usted haya estudiado, conocido u observado, de sociedades distintas como las mesoamericanas y la italiana, por ejemplo, ¿qué nivel de lo que pudiéramos llamar tensión-sufrimiento existencial ha detectado en cada uno? Si encuentra diferencia significativa, ¿por qué cree que se da?

-Cuando se habla de "tensión" no puedo no advertir la fuerza semántica de la palabra. Es antes que todo presuponerse una finalidad e imaginar el camino "tenso" que nos lleva allí. Es el hecho que lo imaginamos "tenso" que vuelve así el camino; en verdad no es obvio que así sea. Por lo tanto, ya que la cosmovisión mesoamericana no deja de subrayar la importancia de la fatalidad (las finalidades existen, pero si Dios quiere otra cosa tenemos que serenamente confiar en su voluntad, aunque no pasivamente), el manejo de la existencia se vuelve un camino sereno. Cuando faltan la creencia en los verdaderos valores y la aceptación de un designio superior, es en ese momento que el hombre empieza a ver vacilantes los acontecimientos: instables, ya no más en poder de sus manos. Esto da origen a su sufrimiento.


(P) ¿El mundo de creencias en personas de su entorno (conocidas por usted) influye (positivamente/negativamente) en la experiencia de bienestar de ellas?


 -Creer es activar deliberadamente nuestra mente; es elegir un estímulo externo y aceptarlo en nuestra conciencia. Surgen del mundo, las interiorizamos. Las creencias se radican en fin hasta como reglas. Dogmáticas, las creencias no pueden hacer otra cosa que influir, ya que constituyen filtro e interpretación de lo que llega desde el exterior.


(P) ¿Qué papel cree usted que juega la información (significado amplio y complejo) en la concepción y vivencia del bienestar aquí y allá?


-Informar es etimológicamente "dar la forma"; es pues referir oralmente una noticia que tiene el poder de volverse práctica, de "formalizarla" en la conciencia del interlocutor, de otorgar por fin una "forma" a sus emociones que le surgen de consecuencia. Así que informar de algo a una persona significa entregarle el poder de modificar sus concepciones, relativizándoselas. Su bienestar mismo será plasmado por eso.


(P) Don Ramón de Campoamor, poeta español (1817-1901), escribió en su obra Fábulas, de 1842: Y en este mundo traidor//nada es verdad ni es mentira//todo es según el color//del cristal con que se mira. ¿Cree usted que lo que llamamos realidad tiene algo que ver con los análisis y propuestas de realidades que hacen algunos físicos cuánticos como David Bohm? ¿Opina usted que como observadores de nuestro entorno y de nosotros mismos influimos de manera decisiva en lo que nos acontece, incluso si llega de fuera de nosotros?


-Somos lo que comemos; somos lo que pensamos. La física de lo macroscópico y visible, clásica y comprobada, nos explica los fenómenos biológicos con una coherencia indiscutible y dogmática; la de lo microscópico relativiza todo y nos deja perplejos. Las paradojas están presentes en cada rincón. La realidad según la visión cuántica parece ser auto-realizante, así que nosotros mismos nos volveríamos artífices de nuestro bienestar con el sólo quererlo. Esto corrobora cómo, internamente, la voluntad y, externamente, las influencias pueden ser decisivas en la construcción del todo, así que del bienestar también.


(P) ¿Qué aconsejaría de lo que conoce usted de grupos originarios a la gente de nuestra sociedad-tipo europea para disminuir el estrés y vivir con un poco más de tranquilidad y esperanza?


-El Ahora y el Amor.


Ahora: sin retrasos, sin ansiosas esperanzas; aceptar con pasiva fatalidad, mas con activa voluntad; que el pasado sirva para mejorar y el futuro para seguir haciéndolo; disfrutando del momento, desvaneciendo inútiles futuras preocupaciones y malos recuerdos ya pasados, comprendiendo pues que somos "aquí-y-ahora" y nada más. La vana esperanza se volverá la felicidad actual; la tensión, algo que no tendrá caso de existir; la fatalidad, la sabia voluntad de Dios; el resultado será obtener una serenidad extática.


Amor en cualquier sentido, sin retórica, sin definiciones estrictas; un Amor que tenga la "a" mayúscula, cuyo significado corresponda a su finalidad, un Amor pues que cure, que eleve, que nos haga conocer a Dios, que nos permita comprender finalmente que el bienestar de los demás es el nuestro también.

domingo, 29 de enero de 2012

MOTEROS, DIVERSIÓN Y BIENESTAR (apunte antropológico)/ Bikers, amusement and welfare.

Texto y fotos: A.J. Aparicio



I
La antropología del bienestar indaga en todos los campos, contextos y circunstancias que relacionan personas y bienestar  (entendido éste en sentido amplio). A veces, esos campos son ámbitos familiares; otros, laborales; y, en ocasiones, lúdicos. El mundo de la moto es uno de ellos, convertido para muchos en pasión. Tal pasión puede llevar a algunos a hacer de ese mundo (en una de sus diferentes expresiones e interpretaciones) su modo de vida. Es el caso de los corredores profesionales o el de quienes se dedican a las acrobacias. En la última concentración motera a la que asistí (la célebre Pingüinos) observé incluso vivir esa pasión en alguien con discapacidad, miembro de un grupo de exhibición de acrobacias.

II
El mundo de las motos es diverso. Los grupos que en él se incluyen son variados: desde quienes hacen moto de campo en sus distintas modalidades hasta quienes circulan por carretera; subdivididos a su vez en custom-chopper y motos deportivas o de carretera exclusivamente. También están los scooter, más urbanos. Algunas películas famosas relatan historias relacionadas con esos grupos:
Quadrophenia, film inglés de 1979 basado en la ópera rock (del mismo nombre) de 1973 de The Who, narra una historia ambientada en los años 60 londinenses. Se trata de los enfrentamientos entre el grupo de los mods (jóvenes vestidos elegantemente cuyas motos son scooters, vespas y lambrettas) y el de los rockers, jóvenes ataviados con cazadoras de cuero y montando máquinas voluminosas y potentes. En Easy Rider (USA-1969, con Peter Fonda, Dennis Hooper  y Jack Nicholson), unos jóvenes que se dirigen al carnaval del Mardi Gras, se topan con una serie de circunstancias y viven determinadas peripecias que nos muestran una cara de la sociedad estadounidense de la época. The Wild One (“Salvaje”), rodada en 1953 y dirigida por László Benedek tiene como protagonista a un joven inconformista (protagonizado por Marlon Brando) que lidera una banda de moteros descontentos con el Sistema.
Otras películas conocidas son:  Motorcycle gang (Pandilla de motoristas), USA-1957, con Raymond Hatton y John Ashley; The Great Escape (La gran evasión), USA- 1963 con Steve Moqueen,  James Garner, Charles Bronson y James Coburn; The Wild Angels (Los Angeles del infierno), USA- 1966 con Peter Fonda, Nancy Sinatra, Bruce Dern; y muchas más.

III
Existen rasgos culturales que definen a usos y a otros: la indumentaria, el tipo de máquina, la preparación y decoración de la misma, los simbolismos asociados que llegan a hacer de las experiencias con la moto vivencias especiales calificadas como buenas por nuestros informantes. Hay quien traslada ese mundo particular a su vida cotidiana, fuera de la moto (estética de ropa, actitud, etc.). Lo que fue en un principio un medio de transporte pronto se convirtió en un centro de interés lúdico para muchos. La pasión, según nos cuenta Rácer, nace, raras veces se hace; y continúa: nace cuando ves a tu padre subir a la moto o cuando alguien te da una vuelta. Nace cuando tus amigos se compran moto y te traspasan el gusanillo. Nace cuando ves las carreras por televisión o cuando tu amigo te deja dar un paseo. En el custom suele nacer cuando con cierta edad hay gente que volver a tener experiencias más vivas retornando al ambiente de diversión del grupo de amigos a través de las escapadas del sábado o las fiestas de las concentraciones. En sus orígenes lo que hoy llamamos custom no fue así. Se trató de un hecho de rebeldía y liberación de los lazos rígidos de la sociedad. Hay viejas películas que cuentan historias de ésas. El film más cercano a lo que hoy podemos encontrar en el mundo del custom es el de John Travolta, Martin Lawrence y Tim Allen: “Cerdos salvajes”. En él, un grupo de amigos moteros de mediana edad deciden salirse de la gris rutina cotidiana, con el permiso de sus mujeres claro, para buscar aventuras en un viaje que les lleva a experiencias más bien graciosas.

IV
El antropólogo francés David Le Breton señala que a través de los sentidos el ser humano se ve atravesado por el mundo. “El mundo es la emanación de un cuerpo que entra dentro de él (del ser humano). Un vaivén se instaura entre sensación de las cosas y sensación de sí. Antes del pensamiento están los sentidos” (Le Breton, 2006-13).
Las experiencias con las motos son de exquisita y extrema sensorialidad. A veces, ni siquiera cabe el pensamiento. El motero se llena de mundo y de todo lo que le rodea cuando avanza con su máquina a través del aire sobre el asfalto o sobre los caminos polvorientos (Rácer). Para quienes disfrutan de las motos, las experiencias con el medio cuentan mucho. En el mundo del custom las concentraciones suelen ser la expresión máxima de esas vivencias. Se valora y disfruta lo que se ve (personas, máquinas, entorno creado por la Organización, entorno dinámico creado espontáneamente por los asistentes), lo que se oye (voces humanas, bullicio, risas, narraciones de historias y vivencias, música, sonido de las máquinas), lo que se huele (comida, ambiente, gasolina incluso), lo que se saborea (cervezas, comida, bebidas), lo que se toca (superficies frías y cromadas de las motos, etc.). Acompañando y complementando la sensorialidad tenemos el simbolismo, o los simbolismos (cultura y tradiciones del custom que luego se particularizan en cada uno). En el contexto custom-chopper, fruto de las interacciones moteras están las experiencias, teñidas de colores y matices simbólicos muy variados. Las vivencias finales son, o suelen ser, gratificantes. Se viven unos días intensamente (Rácer). Los aficionados comentan que las concentraciones reúnen motos y personas alrededor de una afición común y que eso les hace disfrutar más. Durante ese fin de semana se dejan aparcadas las preocupaciones y las penas de la vida cotidiana (Rácer). Por un breve tiempo los moteros lucen sus “hierros” con orgullo, paseándose en compañía de otros por el lugar y alrededores desfilando en grupo o haciendo escapadas en solitario. Se trasnocha y se vive una circunstancia que recarga el interior, pese al frío, el calor, el cansancio físico, la afonía y la resaca. La experiencia de la concentración es física, humana y cultural. Lo social cuenta mucho. Es momento de encuentros y reencuentros. Es momento de compartir y conocer gente. La camaradería suele reinar y en ese paréntesis desaparece una parte de la presión que el trabajo, la coyuntura económica y otros elementos y factores de la vida cotidiana ejercen sobre nosotros. En ninguna concentración he visto peleas o malos gestos (Rosa, hija de motero, hermana de motero y aficionada). La vivencia de la moto disminuye la tensión existencial, a juicio de los aficionados.

V
Es cierto que en el mundo de la moto también hay accidentes, muertes y situaciones de dolor achacables a negligencias de algunos conductores o a circunstancias fortuitas. Es necesario que todos respeten las normas de la carretera. Nadie debe poner en peligro a otros. Pero a pesar de lo potencialmente peligroso que resulta andar en moto, la afición no baja. Nada impide que los aficionados se sigan reuniendo, ni siquiera la crisis económica internacional. Se hacen concentraciones más modestas, pero se hacen. De las informaciones obtenidas sobre el terreno y de nuestras propias observaciones podemos decir que las experiencias de/con las motos elevan, o pueden elevar, lo gratificante a grado de “terapéutico”. Los estímulos provenientes de las interacciones y experiencias moteras pueden producir compuestos químicos en el cuerpo actuando positivamente en los centros nerviosos, en la dinámica general del metabolismo y en las interacciones químico-eléctricas y físicas de las estructuras que nos forman. Podríamos denominarlos: correctores-reequilibradores endógenos fruto de las experiencias o de determinadas experiencias. Pero no sólo aludimos a aspectos biológicos. A nivel emocional las vivencias de bienestar provenientes de las interacciones moteras son descargadoras de tensiones, sobrecargas y bloqueos cotidianos, repercutiendo positivamente en la salud integral. Algunos ven “mala vida” en las “aventuras” de los moteros. Les preguntamos a éstos y nos respondieron con bromas subrayando que incluso con el cansancio asociado a la fiesta, las “aventuras” merecen la pena. Parecido a lo que puede ocurrir con las vivencias de otras aficiones. Y si nos reducimos nosotros mismos a objetos de comunicación e imágenes intercambiadas en los discursos, todo gira en torno a la cultura de la afición de la que estemos hablando. Envueltas en los símbolos, las palabras que “crean” nuestro entorno, nuestras cosas y a nosotros mismos pueden “curar” o “dañar”. Cuando vivimos la pasión de las dos ruedas, evidentemente esas palabras nos “curan” de los daños de muchos pesos cotidianos; o, al menos, nos alivian ayudando a renovar la esperanza con la idea de volver a rodar el próximo fin de semana o a encontrarnos con los amigos; o tan sólo a unirnos al viento cuando avanzamos, que es, según algunos moteros, lo más parecido a volar. Cuando vuelas en la moto, te sientes libre y bien. El mundo en que vivimos nos da pocas satisfacciones. Hemos de fabricar momentos buenos que nos proporcionen bienestar y paz. La moto es una fiesta. Si además participas con ella en otra fiesta, tienes dos fiestas por el precio de una (Rácer).

Nota bibliográfica:
Le Breton, D., 2006. La saveur du monde; une anthropologie des sens. Métailié. Paris.


lunes, 9 de enero de 2012

PERSONAS Y EXPERIENCIAS (I)/ People and Experiences: Entrevista/Interview con Ángel Alcalá Malavé.

(Historias de vida, encuentros, entrevistas, opiniones)

Por:  A. J. Aparicio Mena.

(Queda prohibida la reproducción total o parcial de texto y fotos sin el consentimiento de sus autores).

Unas palabras previas.

Inauguramos un espacio de entrevistas, relatos/referencias de experiencia, historias de vida y comunicaciones en torno a la vivencia/las vivencias del bienestar, entendido éste como un contexto experiencial amplio capaz de tomar formas muy diversas en la comunicación. Una de esas formas nos la trae nuestro invitado a través de la entrevista que más abajo reproducimos.


(Ángel Alcalá Malavé. Foto cedida por el autor)

Empezamos el espacio con alguien a quien admiro y respeto desde que lo conocí; no sólo por su formación amplia y variada (dentro y fuera de la Academia) o por sus libros, ejemplo de orfebrería literaria; también por su sinceridad y calidad como ser humano, afable, tranquilo y buen conversador:

ÁNGEL ALCALÁ MALAVÉ, nacido en Málaga en 1968. Licenciado en periodismo por la Universidad de Navarra en 1992. Diplomado en Espagiria (alquimia vegetal) por la Madrasa de Granada en el 2001. Diplomado en homeopatía por la Academia Europea de Naturopatía (homologada por la Universidad de Cambridge) en el 2006. Vivió en el Perú desde 1993 a 1997, el primer año como profesor de Filosofía de la Comunicación y Opinión Pública, y después, como periodista para diversos medios peruanos, latinomaricanos y españoles. En 1995 cubró la guerra Perú-Ecuador.

Tiene publicados los siguientes libros:

1.-"España o la conciencia maltratada" (editorial Algazara, 1997), un ensayo sobre los siete mitos del inconsciente colectivo español y su reflejo en Latinoamérica: don Juan, picaresca, quijotismo, flamenco (fatalidad), esperpento, toreo y mística.
2.-"Mitología inconsciente de Pablo Picasso (carta astral)" (Harper Collins, 2004). Se proyecta nueva edición en otra editorial aún no firmada. Ensayo del laberinto mítico del pintor malagueño, traumas y conflictos del inconsciente reflejados en su obra pictórica.
3.-"Catasterismos" (autoedición): ensayo de teoría literaria en la que se estudia la obra del laureado escritor Antonio Soler a través de su laberinto mítico, y cómo se reflejan estos arquetipos psicológicos en todos los personajes de sus novelas.
4.-"Huancabamba y los secretos de la luna" (Editorial El Andén, 2008), novela ambientada en el mundo del chamanismo de la región de Huancabamba, entorno mítico donde reflexiona sobre la identidad, el destino, el tiempo, la visión que un indio tiene de España, las máscaras y las apariencias.
5.-"Origen alquímico de la homeopatía y terapia floral: de Egipto a Platón, de al-Ándalus a Edward Bach" (editorial Bubok, 2011), próxima edición en editorial Almuzara. Ensayo sobre la historia de la alquimia vegetal o alquimia de plantas medicinales, cómo se fue transmitiendo secretamente -herméticamente- de Egipto a los grandes filósofos griegos, la Escuela de Alejandría, el Imperio Bizantino, los sabeos de Harran, los sabios místicos del Islam, y la España andalusí, donde se reseñan las obras de más de cien autores de la talla de Averroes, Maimónides, Avempace, Ibn Tufayl...Este era el eslabón de la alquimia que faltaba por investigar. A partir de ahí, está estudiada ya su transmisión a Europa: Santo Tomás, Roger Bacon, Arnau de Vilanova, Ramon Llul, hasta llegar al médico y alquimista suizo Paracelso, en quien se basaría el fundador de la homeopatía Samuel Hahnemann; y en éste, el creador de la terapia floral: Edward Bach.


(p) Estimado Ángel, en primer lugar, ¿dónde sitúas al ser humano en el contexto amplio de la naturaleza?

-Toda la creación es obra divina, y está jerarquizada según la teoría de las emanaciones expuesta sabiamente por Platón y, sobre todo, por los neoplatónicos, así como Aristóteles, quien llegó a señalar 55 esferas o escalas de los seres. Desde el Uno, Causa Primera, Dios, se va coagulando todo el espíritu universal a través de la diversidad de la creación percibida por los ojos humanos. Desde el Creador a una piedra, todo está transido de espíritu (de hecho, la alquimia sostiene que todos los minerales están llamados a ser oro un día). Pero el hombre está llamado a ser dueño, rey y señor de la Naturaleza, porque al poseer conciencia de sí, está en una dimensión superior a los elementales -primera dimensión-, y los vegetales y animales -segunda dimensión-. Gobernando sus elementos dentro de sí, transmutando su ser instintivo, su piedra, puede llegar a superar incluso esa tercera dimensión y entrar en contacto con las dimensiones superiores donde habitan seres más puros, como los ángeles u otros seres también estudiados por ejemplo también por la Cábala: querubines, serafines, etcétera. El hombre, por lo tanto, tiene una naturaleza en potencia -la condición humana-, y otra en acto: llegar a transmutarse en piedra filosofal, es decir, en ser realizado en la llama de la divinidad que duerme dentro de su conciencia, si la despierta y expande en un trabajo interior llamado por la mitlogía "las pruebas del laberinto".


(p)¿Cómo se articula, en tu opinión, la relación del ser humano con su entorno (natural, social, cultural)?

-Esta pregunta requeriría de mucho espacio, pero tratando de ser lo más escueto posible, vemos que el ser que no despierta esa conciencia superior, en general instrumentaliza en mayor o menor grado su entorno para su provecho sin importales las consecuencias que tengan sus actos para las generaciones futuras. A veces, esa conciencia superior se halla latente en los mitos y códigos de concuta de etnias o pueblos que aún no han sido desacralizados por la brutalidad mecanicista contemporánea, o en hombres adscritos a religiones tradicionales que le recomiendan un código de rectitud que vibre acorde con la ley de armonía y equilibrio que rige el Universo, como su columna vertebral.
Quienes despiertan su conciencia de criatura sagrada porque quieren dominarse a sí mismos -de "dóminus", el señor- comprenden que su entorno natural es su casa, y que han de cuidarla con mimo como hacen con la vivienda en la que habitan. Y que su entorno social es el lugar de expansión y desarrollo de sus potencialidades, desde el servicio a la comunidad donde viven, sin menoscabo alguno de su plenitud como individuo. Y que su entorno cultural moldeará su psiquismo y le ayudará a identificarse con unos valores propios que nunca han de menospreciar los ajenos, y que han de armonizarse con los valores universales inscritos en las leyes que rigen todas las religiones o todos los códigos éticos de conducta cívica. Cuando ese hombre comprenda que ha de crecer, superará pautas culturales propias que le ataban e impedían su plenitud, y reforzará otras que le permitirán comulgar con un entorno que simbólicamente hace de gran familia o tribu, desde donde entrará en contacto con otras que siempre le enriquecerán, siempre...y la ayudarán a ser tolerante, compasivo, abierto, flexible, sin renunciar a sus legítimas convicciones.


(p) Dentro de esa relación, ¿qué es para ti el bienestar?

-El bienestar sería entrar en esos tres entornos y sentirte integrado, y con potencialidades para tu desarrollo, plenitud y reconocimiento, consciente de que en todo conflicto se halla una lección por aprender, y que el Gran Escultor del Universo quiere moldea tu piedra, tu barro, para pulirte hasta convertirte en una obra de arte.

(p) ¿Qué es para ti lo que denominamos como “enfermedad”?

-La enfermedad es precisamente una advertencia sobre lecciones que tu alma debe aprender, y que aún no integra en tu patrón de crecimiento. Comienza en lo más superior -el espíritu-, y como una fuente, va coagulándose en el alma, la mente, las emociones y finalmente el cuerpo. Actuar sobre éste es insuficiente, porque sólo palia el efecto, nunca la causa que la ha provocado. Por eso la alquimia -ya desde Sócrates, maestro de Platón, también alquimista como se comprueba en su "Timeo" tan escasamente entendido-, ha afirmado siempre que somos conciencia, alma y cuerpo, y que el remedio medicinal ha de sanar desde la fuente, ayudando a la persona a hacer consciente el conflicto que aún no reconoce y duerme en las aguas del inconsciente a la espera de ser redimido por el espíritu y la conciencia del paciente. En suma: la enfermedad refleja aquello que no se halla en equilibrio en nuestra alma, y en ese sentido, es una magnífica prueba de transformación interior hacia el crecimiento.


(p) En el mundo de la física como ciencia hay cada vez más controversia entre los estudiosos, interesados, investigadores, etc., de la física newtoniana, determinista, macroscópica y los seguidores de la física que estudia las partículas subatómicas. En el momento actual existe un interés creciente a todos los niveles alrededor de la física cuántica. ¿Crees que la “realidad” se puede describir desde modelos newtonianos y cuánticos al mismo tiempo? ¿Opinas que, como bastantes físicos apuntan, en realidad no existe la materia como la conocemos sino como una determinada apreciación de campos de partículas "infinitamente" pequeñas dentro de un “todo” compuesto y hecho de esa misma “materia” a la que hace miles de años ya los asiáticos denominaron “QI”?

-Isaac Newton fue alquimista, pero la ciencia moderna ha despojado de mística a la Física, la ha desacralizado, ya desde Descartes. El propio Newton afirmó en su libro "De la mecánica de los cuerpos celestes" que nadie podía discutir la influencia del Cielo sobre la Tierra y los hombres, sólo los ignorantes que opinan sin haberlo estudiado. Otra cosa sería la interpretación que se hace de la obra de Newton, sin entender que en tanto que alquimista, veía la unidad de todo lo creado, como ramas pertenecientes a un mismo tronco.
Dicho esto, eso que los chinos llaman el Qi, los hindúes el prana, y los árabes el ruh, en la alquimia se ha denominado siempre el spíritus mundi, que está presente en todo el universo, desde la materia más densa y oscura, hasta la más pura y sutil. Y por eso el universo habita en un átomo -como dijo Demócrito, también alquimista-, y hoy en día los aceleradores de partículas pueden transformar plomo en oro, pero a un precio desorbitado. Desde la diversidad de lo múltiple, podemos ascender en la escala de las jerarquías del universo hasta llegar a lo Uno, Dios o Causa Primera. Sólo el alquimista que lo lograba podía efectivamente transmutar el plomo en oro, porque previamente había realizado esa alquimia en su templo interior. Cuántos sopladores perdieron su tiempo y sus dineros en operaciones costosísimas que no conducían más que a la pétrea confusión, o a perderse en los vapores de la fascinación, o el endiosamiento, hasta caer de las nubes como Ícaro en su vuelo.


(p) ¿Crees que las culturas tradicionales de los pueblos, herederas de tradiciones mucho más antiguas, tienen alguna relación con lo que los físicos de partículas actuales están explicando sobre la naturaleza de las cosas?

-No todas las culturas tradicionales son herederas de esa sabiduría antigua, no hemos de mitificarlas, pues no pocas de ellas no escapan de las sombras de su estado más instintivo. Pero otras muchas que comulgan con su entorno desde las claves antes explicadas, demuestran que sus padres originarios y míticos les legaron un conjunto de saberes encerrados en las claves simbólicas de los mitos, o en rituales de conexión con lo sagrado, o en códigos de conducta ancestral que el tiempo ha ido deteriorando a veces, del mismo modo que la lluvia que cae a la tierra y se embarra pierde su pureza original. En Huancabamba, precisamente, pude comprobar todo esto. Pero en otras partes del mundo, diversas y distantes entre sí, también existen estas evidencias, pues como afirmé antes, estas culturas mantienen afortunadamente un concepto sacralizado del mundo.


(p) ¿Qué papel juega, para ti, la comunicación y el discurso en la “creación de la realidad”?

-Sin comunicación no es posible compartir en común la realidad percibida, y de hecho, com-unicación es una palabra que revela este "poner en común". Pero una cosa es compartir unas mismas percepciones de la realidad, y otra es que en estados alterados de consciencia se perciban otras invisibles a los ojos humanos en conciencia normal....que sí comparten quienes alcanzan esas visiones. Y una cosa es la realidad diaria, y otra, la que nos quieren implantar los mandatarios -visibles o invisibles, que ésa es otra- para crearnos una realidad desde la cual dirigirnos a su antojo, como esclavos que nutren su sed de poder...Y una cosa es vivir la experiencia de lo sagrado desde la heterodoxia -pero con arreglo a unas leyes universales con las que comulgan todas las tradiciones llamadas "esotéricas" de la Tierra-, y otra muy distinta es crear un mundo de fantasía con alguna base real, que termina siendo una realidad paralela para quienes creen en esas redes. En el mundo del chamanismo hemos asistido a esta realidad aparte de todas las tradiciones de la Tierra, y en la que han terminado creyendo generaciones enteras de personas de todas las razas y culturas. Sobre todo en Occidente, donde el hombre desacralizado tiene en su inconsciente una enorme sed de experimentar lo sagrado. ¡Cuántos falsos maestros, falsos gurús, y buenos escritores se han aprovechado de esto!


(p) Notables científicos como Karl Pribram, David Bohm o Bruce H. Lipton han dado una vuelta a los “conocimientos” convencionales sobre el ser humano y la realidad señalando que la materia como la describimos en la ciencia convencional es una apreciación difícil de objetivar. Los antropólogos, al menos algunos, añadimos que imposible de objetivar. Es una creación en el discurso.¿Por qué entonces no dominamos el arte de “curarnos” a nosotros mismos cuando es necesario?, ¿Por qué envejecemos?, ¿por qué tenemos miedo?

-Estoy de acuerdo, pero añado: sólo podremos objetivar desde lo universal de la condición humana. Por no salirnos del tema de la salud. Muchos enemigos de la actual homeopatía sostienen, desde la profunda ignorancia, que cura por efecto placebo. Los animales se curan con homeopatía y no pueden crear ese efecto placebo. Un vaso de agua tomado a conciencia tampoco cura. Pero las dosis infinitesimales activan la memoria genética del hombre, eso que en alquimia se denomina el "sahu", el molde en torno al cual se coagula la materia cuando se unen un óvulo y un espermatozoide. Y las diluciones son vibraciones que, por ley de lo símil, actúan en los planos psíquicos, energéticos y por tanto físicos. Y todo eso responde a algo que Pitágoras -también alquimista- expresó al afirmar que el universo es una vibración que puede expresarse en un número. El microcosmos también.
NO dominamos el arte de "curarnos" a nosotros mismos porque no somos dueños, reyes y señores de nuestra naturaleza...dominando el fuego de la rabia, los instintos primarios, la violencia o el sexo descontrolado; dominando el agua de las emociones como un capitán que con su timón gobierna su barco en medio de la tempestad; dominando el aire y su plano mental con ideas sanas y positivas; dominando la tierra y el ansia de poder y gloria terrena...Envejecemos porque es un proceso necesario para que el alma siga su cadena de encarnaciones hasta lograr salir de este laberinto, pero hemos de envejecer con sabiduría, amor, jovialidad, riqueza interior...¿por qué tenemos miedo? Porque nos falta fe para saber que todo esto es posible, y vernos y reconocernos en el espejo de aquellos hombres sabios que en el pasado lo han demostrado, en cada cultura u religión de todas las esquinas del mundo.


(p) ¿Crees que el estado interior y mental tienen “poder” o “capacidad” para contrarrestar nuestros estados de alteración?

-Por supuesto, me remito al punto anterior. La paz mental conlleva la paz celular, y por consiguiente, la salud.


(p) ¿Por qué crees que en último extremo, mucha gente deja de fiarse de los “correctores sutiles” demandando la atención absolutamente material?

-Por miedo, por falta de valor, de serenidad, de no sentirse heréticos ante la tribu, por necesidad de sentirse aceptado por ellos...Por no aceptar que somos espíritu con un alma encerrado en una materia que es el cuerpo.

(p) En la línea de lo que hablamos, puedes comentar o expresar cuantas ideas estimes interesantes para aclarar lo dicho.

-Lo único que se me ocurre añadir es eso que ya Sócrates mantuvo como lema, efectuando ese giro moral en la filosofía griega: Conócete a ti mismo. Dice el sabio Corán: "Conócete a ti mismo, y conocerás a tu Señor"...y también afirma ahí "morid antes de morir".
Está en crisis quien no quiere asumir todo esto, sin dejar de ver la gravedad de estos momentos de cambios necesarios y positivos a la larga. Está muriendo no sólo una era, sino un ciclo cósmico, que afirmaban los mayas. Que muera con él todo lo que no nos ayuda a crecer en las más hermosas virtudes humanas: compasión, generosidad, amor, servicio.


Muchas gracias por expresar tu opinión.