Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

domingo, 13 de mayo de 2012

La economía natural en el entorno de la salud tradicional y natural (apunte antropológico).

 Autor: Alfonso J. Aparicio Mena

(Comunicación presentada en el Congreso de Antropología Iberoamericana de la Universidad de Salamanca, 2011).

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Interpretación de imagen del Códice Florentino. Autor: Álvar Aparicio Tejido.


1. INTRODUCCIÓN.

En todas las sociedades existen maneras diversas de entender y explicar hechos relacionados con el bienestar/malestar, aproximándose los significados a las tradiciones y culturas locales. También se enmarcan en dichas tradiciones las ofertas de ayuda-cura y los modos de atención de los desequilibrios.

A grandes rasgos, diremos que en la llamada Sociedad Occidental (que englobaría diferentes países) existen:

a) El Sistema Terapéutico Convencional (moderno, tecnológico, científico).
b) Sistemas de origen local, llamados Naturales y/o Tradicionales, como: la Naturopatía, la Fitoterapia exclusivamente, la Homeopatía, modos diversos de atención física, formas de atención trasmitidas de generación en generación (familiares o regionales), etc.
c) Etnomedicinas importadas/adoptadas (provenientes de culturas ajenas).

En sociedades no occidentales, de culturas nacionales o multiculturales, podemos encontrar:

a) El Sistema Convencional Occidental (ya extendido prácticamente por todo el mundo).
b) Sistemas Tradicionales y Naturales locales diferenciados según tradiciones y culturas. Estos modos de atención en salud/bienestar pueden ser considerados “sociobioculturales” (Aparicio, 2005, 2009) por entender que los problemas y los males tienen una dimensión física (orgánica), una dimensión social (comunitaria) y una dimensión cultural relacionada con el mundo de creencias y las tradiciones locales. Sin olvidar la dimensión ecológica del bienestar. Paralelamente, la persona es vista como una entidad-unidad compleja con parte individual, parte social, parte natural-ambiental y parte no física relacionada con las creencias comunitarias y familiares.

2. ANÁLISIS DE LA EXPRESIÓN ECONOMÍA NATURAL (RELACIONADA CON LA IDEA DE SALUD Y LAS ETNOMEDICINAS EN LAS SOCIEDADES TRADICIONALES).

Tanto en las sociedades de lo que denominamos Cultura Occidental como en las que siguen otras líneas de progreso, existen (a veces de manera paralela, a veces enfrentados) modos diversos de entender y atender en salud. El más extendido, el Occidental convencional, se relaciona con la ciencia y el mercantilismo. Otros (sistemas terapéuticos asiáticos como la Medicina Tradicional China o amerindios como las Medicinas Tradicionales Mexicanas) se relacionan con el hilo cultural de las tradiciones locales y la naturaleza.

Al hablar de economía natural nos referimos a las relaciones del ser humano y los grupos con el medio (natural, social y cultural) caracterizadas por la adecuación, el equilibrio, el respeto, la integración y el provecho mutuo (humanos-medio), principios que definen las Medicinas Tradicionales y que difieren de los que caracterizan el trío: salud-medicina-economía de la cultura occidental convencional.

Por ADECUACIÓN entendemos la adaptación de la organización y las actuaciones terapéuticas[1] a la base cultural de cada pueblo y a la Naturaleza; entendidas ambas como marco de desarrollo y progreso particular de esas gentes. Esto implica la utilización del medio físico teniendo en cuenta a la vez sus necesidades[2].
Las acciones de atención y cuidado de la salud en los grupos tradicionales tienen en cuenta no perjudicar la continuidad de esas sociedades. Ayudan a proyectar la identidad de las colectividades en el tiempo; lo que quiere decir: asegurar la integridad de las gentes a través de las generaciones.
El EQUILIBRIO lo identificamos con la relación humanos-medio. Ésa no debe conllevar trastornos/alteraciones irreversibles (o no asumibles) tanto en el plano natural como en el social. Ejemplo: la explotación de determinadas plantas o recursos.

El RESPETO es el reconocimiento (en los grupos tradicionales) del valor, la importancia y la necesidad de un entorno (natural, social y cultural) en equilibrio: del que se vive, por el que se vive y para el que se vive. Eso caracteriza sus identidades. También se aprecia en dichos grupos relación estrecha entre pasado, presente e idea de futuro (mixes, zapotecos, chatinos, pueblos norasiáticos, culturas chinas); así como una conciencia de necesidad de heredar el medio y las ideas asociadas lo más parecidos a como los recibieron de sus antepasados.

La INTEGRACIÓN hace referencia al ser humano y al grupo, en su relación con la naturaleza, las tradiciones y el tiempo. Implica actuaciones para incorporar la naturaleza “dentro” del ser humano y el ser humano “dentro” del medio natural[3].
La medicina y los elementos de reequilibrio son vistos en la mayoría de las sociedades tradicionales como naturaleza más tradición (Aparicio, 2009; Di Ludovico, 2010).

Por PROVECHO se entienden las utilidades y beneficios tanto físicos como culturales provenientes de las interacciones de las personas y los grupos con el medio: conservación de los recursos terapéuticos/reequilibradores tradicionales: naturales, sociales y culturales (simbolismo curativo) por interés humano (utilidad) y por convencimiento de necesidad de mantenimiento de la unidad natural (soporte más lo que la anima).

3. ALGUNOS EJEMPLOS DE CULTURAS TRADICIONALES NO OCCIDENTALES.

Sistemas de atención y cuidado como la Medicina Tradicional China y las Medicinas Tradicionales Mexicanas no sólo se construyen sobre sus respectivas tradiciones. Tienen además en cuenta que deben servir para todos en sus poblaciones con el objetivo fundamental de asegurar su bienestar como miembros de una comunidad viva con una identidad propia que debe subsistir en el tiempo y en un marco espacial lo menos alterado posible (por ser reconocido como un ser con el que se interactúa-comparte).
Ejemplo de la economía natural a la que nos referimos es este texto del COMPITCH (Consejo de Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas) que recibí cuando estaba terminando de escribir mi tesis:

                             El médico tradicional se resiste a vender a la
                             transnacional biotecnológica los saberes
                             tradicionales comunitarios asociados a aquella
                             riqueza (plantas curativas locales) o a registrarlos
                             para sí. Antes bien, sabedor ya de quién es ese
                             capital, y qué quiere, los disemina (los saberes
                             ancestrales) y convoca a sus camaradas a hacer lo
                             mismo y a impedirle (al capital) en organizado cerco
                             social el paso a las fuentes.
                            (Aparicio, 2009).

En ese texto, el COMPITCH resalta un hecho constatable: el interés de las compañías multinacionales no sólo en las plantas llamadas medicinales sino en los saberes locales asociados a ellas. Los usos terapéuticos tradicionales están siendo estudiados además de por antropólogos, por representantes de grupos económicos con intereses comerciales internacionales. Existen posibilidades terapéuticas en algunas plantas que interesan fuera del estricto ámbito local en el que tradicionalmente se han venido usando. Economía natural para los miembros de los grupos originarios es proteger la herencia del pasado ya que sólo así pueden pervivir como sociedades  proyectando su identidad en el tiempo.

Otros ejemplos de economía natural dentro del contexto de salud tradicional los he apreciado en China o Sri Lanka. La mayoría de los hospitales de MTC en China fabrican sus propios medicamentos. Existen cadenas de distribución local de productos tradicionales de uso común. Pero la terapéutica tradicional tiene rasgos marcadamente regionales. Los “secretos” de las fórmulas son guardados celosamente en muchos casos, sobre todo si con ellos va el prestigio, porque “curan”. En ciertos hospitales tradicionales te obligan a firmar un documento de confidencialidad con el fin de que no reveles las características particulares (“secretas”) de las fórmulas[4] que te enseñan.

Dentro de la economía natural que hemos explicado también podríamos incluir la Medicina Ayurvédica (de Sri Lanka o India). Como observador externo podría añadir que el entorno de atención popular en ese sistema tiene relación no sólo con las tradiciones locales sino también con la situación económica, personal, familiar, social y laboral de los pacientes-clientes que acuden a los dispensarios. Cuando no hay dinero para pagar una atención, se paga con otra cosa: objetos manufacturados, alimentos diversos, etc. Pero siempre hay un modo de arreglarse con el médico. En Sri Lanka uno puede distinguir: curadores callejeros (oportunistas-charlatanes y buenos) y curadores establecidos (con su consulta y su nivel o standing). Desde el punto de vista social hay diferencias perceptibles entre unos y otros, no sólo a nivel de clientela sino también de prestigio profesional dependiendo del origen familiar de los médicos. Algunos podrían pensar, desde el posicionamiento occidental (“primer mundo”) que la economía natural dentro de la que se incluyen las atenciones tradicionales en estos países es sólo una forma de “subdesarrollo”. No es, o no debe ser, ése el pensamiento de un antropólogo. Existen otros modos de avance en el mundo aparte del científico. Existen otros sistemas económicos en el planeta aparte del capitalista o de sus antagónicos comunistas.

En el mundo actual es difícil encontrar grupos humanos viviendo y siguiendo al cien por cien sus líneas de progreso ancestrales (al menos, es lo que he apreciado experiencialmente y escuchado de otros observadores). La aculturación forma parte, en mayor-menor medida, de las tradiciones de los grupos (por imposición, asociación, contacto, asimilación, etc., de influencias foráneas). A pesar de ello, hablamos de culturas originales (manteniendo una relativa identidad que les diferencia de otros) y de culturas mixtas (mezcladas, fusionadas, asociadas). Diferenciamos entre unas y otras entendiendo que en las primeras, las organizaciones ancestrales adaptadas a los distintos presentes históricos han salvado relativamente la dignidad de las colectividades proyectando su identidad hacia el futuro dentro de su integridad; frente a las segundas en las que actualmente podemos observar cualquier cosa, sobre todo a partir del momento en que las influencias externas quebraron la barrera tradicional de protección identitaria local.

A partir del colonialismo en muchos lugares se da un mestizaje humano, étnico y un mestizaje económico-cultural: introducción de la cultura occidental convencional y, poco a poco, de la sociedad de mercado y el sistema capitalista junto con sus ideas asociadas. Los modos de atender en salud de esos grupos se degradaron y algunos llegaron a nuestros días en forma de esperpento teatral callejero, como se puede observar en muchas ciudades de la India, por ejemplo.

Las sociedades originales, menos contaminadas-influidas[5] por factores exógenos, y sus sistemas terapéuticos, mantienen aún modos de atención dignos, eficaces y válidos para sus gentes, modos sólidos y demandados por la población. Tal es el caso de la Medicina Tradicional China, extendida ya hoy por casi todo el planeta. Este sistema, original o intercultural (al entrar en contacto con sociedades y culturas diferentes de las de su lugar de surgimiento) se enseña en universidades asiáticas y occidentales. En el caso mesoamericano, las sociedades originales se ubican específicamente en el medio rural. Sus sistemas terapéuticos no han alcanzado el desarrollo y la expansión de la MTC. Sin embargo, aún conservan su dignidad y conocimientos, sirviendo igualmente a sus poblaciones y siendo considerados de utilidad incluso por estamentos oficiales regionales-estatales y nacionales.
Las sociedades mestizas (bien sea mestizaje étnico, económico o los dos) pueden ofrecer servicios de atención en salud válidos y aceptables o pueden ofrecer servicios basados en sistemas originarios distorsionados, alterados, transformados, adulterados, degradados, etc. En este último caso, tanto la oferta como los que la hacen suelen ubicarse en entornos urbanos/suburbanos. El alejamiento de las fuentes tradicionales, la degradación social, la incidencia de la economía de mercado y los niveles de baja formación de curadores y clientes dan lugar a algunas de las escenas de salud callejera que se pueden observar, como ya hemos mencionado, en ciudades de India, Sri Lanka, Marruecos o Mesoamérica, por poner algunos ejemplos. Ocurre que tristemente, o afortunadamente (quién sabe), el “turista” ocasional occidental visitando esos países, sólo se suele topar con el citado entorno de salud tradicional (degradado). Nunca, o raras veces, con el otro, el de los grupos originarios, el que aún sigue sobre los carriles seguros de la tradición (o las tradiciones). La economía natural que hemos explicado se aplicaría a los sistemas de atención de entornos originarios (protegidos y mimados algunos, como la MTC, por el poder nacional). Los sistemas “caricatura” no son, a nuestro juicio, consecuencia de lo que pudiera llamarse genéricamente: “nivel de subdesarrollo de pueblos no occidentales” sino el resultado de la degradación social, humana, cultural y económica de todos los pueblos a los que el colonialismo primero y luego el capitalismo salvaje cortaron sus propios caminos de progreso y desarrollo basados en sus orientaciones tradicionales, seguras, sólidas, coherentes y eficaces. El “modelo” de economía natural que aquí comentamos en el entorno de salud tradicional y natural no podría aplicarse a tales “sistemas caricatura” por ser en sí mismos caóticos como el entorno social, urbano, económico y cultural en el que han florecido.

Señala Vinod: El Ayurveda es una ciencia de la vida y hay muchos más aspectos de ésta además del funcionamiento del cuerpo. El Ayurveda en su totalidad trata de la vida como un todo y la curación de los males y enfermedades es sólo una parte (Verma, 1993: 11).

En la Medicina Ayurvédica como en otros sistemas tradicionales y naturales se trabaja esencialmente la prevención. Ello lleva al ahorro en todos los sentidos. Para la mayoría de los médicos tradicionales y naturales la alimentación, el estilo de vida y los factores emocionales (alterados) son, si no las causas más importantes de las enfermedades, sí factores de gran influencia en el desarrollo, evolución o cura de las mismas. Allí donde es posible, y cuando lo es, la acción articulada en un plan individualizado, de alimentos, estilo de vida y emociones puede ser suficiente para revertir un proceso de desequilibrio. En otras ocasiones se combina con remedios, medicamentos naturales, etc.

Queremos destacar, en suma, que los planteamientos de las acciones terapéuticas en la Medicina ayurvédica, en la MTC o en las Medicinas Mexicanas se siguen haciendo dentro de la tradición (las tradiciones respectivas). Esos planteamientos tienen los rasgos que hemos explicado al hablar de la economía natural. No sólo pueden curar y colaborar al mantenimiento del equilibrio humanos-medio; también contemplan en los males individuales la implicación relativa de esos entornos (naturales, sociales y culturales) y la necesidad de incluir dicha idea en los planteamientos terapéuticos y las acciones correspondientes.

Francesco Di Ludovico (2010) en su trabajo sobre las características etnofarmacológicas de los remedios mesoamericanos resalta la estrecha relación existente (en las culturas locales) entre el medio físico (del que se extraen las plantas), las creencias, las tradiciones de los distintos pueblos y los propios remedios utilizados.

Los grupos originarios (al menos los que conozco) todavía tienen un relativo control sobre su destino; y aunque la penetración externa es lenta pero progresiva, mantienen la calma reforzándose y reforzando sus saberes a través de la convivencia diaria y también por medio de reuniones periódicas[6] en las que se exaltan los valores heredados, revalorizándose los saberes ancestrales ante los observadores externos y ante los jóvenes y niños de sus comunidades (continuadores en el futuro del trabajo de sus mayores, en el presente).

4. ALGUNOS EJEMPLOS DE SISTEMAS Y ATENCIONES NATURALES-TRADICIONALES EN LA SOCIEDAD OCCIDENTAL.

 Haremos una brevísima referencia a las llamadas “medicinas complementarias” occidentales.
 El Dr. Edward Bach, famoso bacteriólogo inglés del primer tercio del siglo XX, desarrolló un sistema de atención a partir de una visión del bienestar diferente de la oficial convencional utilizando elementos y materiales fáciles de obtener, sin sufrir procesos industriales (por lo tanto, no costosos) y sin registrar patentes (para que pudiera acceder cualquiera a su fabricación). El sistema de Bach se basa en el uso de determinadas tinturas (obtenidas de plantas), diluidas debidamente, para ayudar al “enfermo” a remontar lo que llamamos “estados de experiencia” negativos, insatisfactorios, etc. No es nuestra misión aquí discutir sobre el valor curativo de los remedios; y mucho menos hacerlo a la luz del positivismo científico (tomado como modelo). Nos interesan, como antropólogos, las referencias de vivencias y hechos de salud dentro de entornos culturales o socioculturales diferentes de los del sistema imperante, y también dentro de los entornos del sistema imperante. El sistema Bach entraría dentro de la llamada economía natural por articular al ser humano con sus vivencias y con el medio socionatural, alejándose del principio que rige la economía de mercado (lucro económico).

El Dr. Wilhelm Shüssler (1821-1898) consideró como base de su terapéutica la utilización (para el reequilibrio) de 12 sales fundamentales que se encuentran en la sangre y en los tejidos y que son denominadas: “agentes funcionales”. La producción y el uso de dichos medios entraría dentro de lo que hemos denominado economía natural.

El profesor Eric Marié (Universidad de Montpelier) señala que la MTC intenta devolver a la persona el equilibrio natural con el uso de medios no agresivos y no obtenidos a partir de costosos y complejos procesos de transformación.

5. FINAL.

Constatamos después de haber estudiado determinados sistemas de atención (no occidentales y occidentales) basados en las tradiciones locales y la naturaleza que la economía natural de la que hemos hablado es una característica más o menos presente en todos y que dicho modo difiere del modelo de la sociedad de mercado.

En sistemas de atención tradicional como la MTC o las MT Mesoamericanas forma parte de esa economía la participación de los aquejados, tanto en el proceso de recogida de información sobre sus dolencias como en el terapéutico (necesidad de implicación responsable). Las opiniones de los enfermos (narraciones de experiencias) forman parte importante de tales modos de organización (Arthur Kleinman). La asunción de dichos modos y principios por parte de terapeutas y sufrientes hace posible proponer y poner en marcha determinadas propuestas de solución (casi siempre individualizadas) sin priorizar la utilización/intervención de medios de diagnóstico tecnológicos provenientes de la cultura occidental convencional.

Antropológicamente hablando, cualquier sistema terapéutico, por el hecho de surgir dentro de una sociedad específica, tiene validez, al menos para los miembros de ese grupo. Esos modos de atender en salud se fabricaron de acuerdo a la organización, tradiciones, cosmovisión e identidad de cada grupo. La experiencia los fue moldeando haciéndolos más eficaces con el tiempo. Para entenderlos es necesario relacionarlos con el entorno social, físico, organizativo y cultural de las colectividades a las que representan. El análisis descontextualizado de tales sistemas de curación y atención o su comparación cualitativa con sistemas tomados como modelo/referencia es un acto poco inteligente, etnocentrista y poco ético. Los seres humanos explican con sus discursos el mundo y las cosas. Si A no lo explica como B, A no es menos que B, simplemente es diferente. Según estos principios, valoramos absolutamente la medicina occidental convencional y científica actual por haber surgido también en un grupo determinado, estando relacionada con la cultura, la historia, la organización y el modo de ver el mundo y las cosas (científico) de dicho grupo. En algunos grupos originarios me han referido que la ciencia puede compatibilizarse con la experiencia de las tradiciones no científicas. Miembros de etnias que conozco en Mesoamérica no están de acuerdo con los monopolios ni con las acciones interesadas de quienes la han impuesto (la medicina tecnológica) en distintos lugares del mundo donde funcionaban de manera eficaz y equilibrada sistemas ancestrales. Si tiene que haber cambios, señalan, son los miembros de los grupos quienes tienen que quererlos.

Creemos que los sistemas terapéuticos originales, surgidos del buen juicio y adaptados al marco sociocultural de cada colectividad, pueden compatibilizarse aprovechándose lo mejor y lo más útil de ellos de manera articulada e integrada. Tal vez ése sea un futuro inteligente y humano frente a la Cruzada y la estigmatización de lo diferente o de lo que no conviene a unos cuantos.

La armonización práctica de sistemas de atención interculturales podría ser un buen ejemplo de economía natural cara al tiempo que viene.

Agradecimiento especial a los médicos tradicionales oaxaqueños y asiáticos así como a los profesionales de salud natural de nuestra sociedad que nos han aportado sus opiniones e informaciones.

BIBLIOGRAFÍA
Aparicio, A. J.,
(2005). “La medicina tradicional como medicina ecocultural”. En: Gazeta de Antropología, nº 21 (ISSN 0214-6574). http://www.ugr.es/~pwlac/G21_10Alfonso_Aparicio_Mena.html
(2009) Cultura tradicional de salud y etnomedicina en Mesoamérica. Alberta (Canadá). Trafford Publishing.
Di Ludovico, F. (2009). Il Giardino dei due mondi. Roma. Aracne.
Kleinman, A. 1981. Patiens and Healers in a Context of Culture. University of California Press.
Verma, V. (1993). Ayurveda, la salud perfecta. Barcelona. Robin Book.



[1] dirigidas a los individuos o al grupo.
[2] no agresión.
[3] Considerado éste como algo más que puro ecosistema.
[4] Cosa que tuve que hacer durante mi estancia en Beijing estudiando un posgrado de MTC.
[5] Aunque todas lo están en mayor o menor grado.
[6] Como el caso de la Guelaguetza oaxaqueña (reunión anual indígena en la que se exponen aspectos de la vida y personalidad de los pueblos indígenas).