Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

martes, 17 de abril de 2012

El tatuaje. Apunte antropológico.

Por: A.J. Aparicio M.

El tatuaje como producto cultural dentro de la sociedad occidental (SO) tiene connotaciones significativas diversas, relacionadas con las convenciones particulares de los individuos y los grupos sociales.
Dependiendo del acercamiento comprensivo elegido referiremos lo que entendemos por tatuaje de una forma u otra. Desde una óptica antropológica aplicada al bienestar consideramos que son los propios consumidores de ese producto cultural quienes han de darnos las explicaciones correspondientes. Los que hemos consultado relatan que para ellos tatuarse es un placer. Cada cual da sus explicaciones y basan el hacerse un tatuaje en razones diversas: recuerdos de experiencias, recuerdos de personas, ideas, pertenencia a un grupo o simplemente disfrute estético.
En nuestra sociedad (SO) se ha asociado frecuentemente el tatuaje a "culturas marginales". En otras sociedades (no occidentales) forma parte de tradiciones locales y costumbres ancestrales todavía vivas y con gran peso específico en la organización y vida de sus gentes (Japón, Polinesia, Borneo, Hawai,  algunas etnias amerindias, etcétera).
El placer que proporcionan al dueño de un tatuaje los dibujos y símbolos grabados en su piel tiene repercusiones positivas no sólo en su funcionamiento nervioso sino también en el proceso de construcción cultural y comunicativa de sí mismo. Si relacionamos la maquinaria nerviosa con los funcionamientos particulares del cuerpo y las interacciones sensoriales, y lo sumamos todo a las ideas obtendremos experiencias que, trasformadas en contenidos comunicables, darán información de lo que somos a quienes nos rodean. Algunos aficionados al tatuaje opinan que los símbolos y dibujos vienen a ser maneras de culturizarnos a nosotros mismos introduciendo en la "comunicación indirecta" de lo que somos (nuestra propia presencia ante los demás) elementos que varían relativamente el diseño ornamental externo dado por la naturaleza.
En la actualidad el tatuaje ha penetrado en todas las capas sociales consumiéndose indistintamente por jóvenes, no tan jóvenes, mujeres, hombres, ricos y no tan ricos. Son apreciados  y valorados los trabajos de artistas concretos cuyos diseños y realizaciones en el soporte de la piel van llenando ese campo de creación artística en auge.

Las imágenes que siguen son cortesía de "La barbería, 35", Álvar Aparicio T. Salamanca.