Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

miércoles, 16 de julio de 2014

Cristobal Jodorowski, pequeña instantánea escrita.

Por: Francesco Di Ludovico (Le Marche, Italia)

"Noto que al texto que estoy revisando le falta la referencia bibliográfica citada en una nota. El autor citado es: A. Jodorowsky. Busco en la web cuál es título de la obra a la que se hace referencia. Resulta ser: "La danza de la realidad". Veo también otro texto suyo cuyo título me llama la atención: "Psicomagia". Curiosidad. Compro el libro. Interesante, sondea posibilidades de expresar teatralmente lo simbólico relacionado con los trastornos psíquicos (que a todos nos caracterizan) y de poder así solucionar éstos. Una vez leído, lo presto a una amiga. Entusiasmo; y quiere saber más sobre las técnicas de interpretación de los tarot y de lo que se habla en tal texto. Ella es psicoanalista ortodoxa y tiene curiosidad por saber cómo construir una plática más sutil con sus pacientes. Aprovechando que tiene que hacer unas cosas, vuela hasta París para poder encontrar al autor el un "bistrot" donde los martes él suele leer los tarot a quien gane la rifa correspondiente. Lástima, esta vez no resulta ser uno de los afortunados a los que Alejandro Jodorowsky interpreta habitualmente las cartas. Regresa a casa y me pide si la vez siguiente que tenga que ir a la capital francesa quiero acompañarla. La idea me gusta; sin embargo le digo que, mejor, esperemos a que un hijo del autor venga a Italia. Ella no lo sabía y me pide que le diga cuando Jodorowsky jr., Cristóbal, vendrá.
Buscando informes, vimos que estaría en Milán (un poco lejos de donde vivimos) en fechas en las que trabajamos.
Quién sabe cuándo, y quién sabe dónde sería la próxima vez.
Meses después me llega una invitación: Cristóbal estará en Roma (cerca de donde vivo y la ciudad donde vive mi amiga) para dar una demostración de "psicomagia" en un teatro. Es un hecho, y reservamos los asientos para el espectáculo. Y ya estamos presentes en el evento.
Roma de noche; palacios antiguos, olor a muros húmedos y a claustros cerrados, luna luminosa y viento fresco. Una zona céntrica pero no turística. Pocos lugareños, ningún ruido y luz suficiente para leer el nombre de las calles. Llegamos los tres: mi amiga Roberta, su novio y un servidor. Muchos jóvenes a la espera en el exterior del teatro, sonrisas y ganas trémulas para conocer a Cristóbal. Entramos.
Ser hijo de un personaje célebre y seguir sus huellas puede no ser fácil. Al contrario, siempre te relacionarán con "el hijo del Fulano famoso", más que contigo mismo; y corres el riesgo de que tu éxito se cree por ayuda, aunque indirecta, del familiar. Éste podía haber sido el caso de Cristóbal, ya que organiza cursos, escribe libros y da conferencias en teatros actuando con los fines llamados "psicomágicos" de paternal acuñación. Podría, aparentemente, pecar de falta de originalidad. Sin embargo esto no me pareció cuando lo vi. Domina la escena, interactúa muy bien con el publico. Pudo hablar en un italiano comprensible (cosa que no hace su padre). Además estudió mucho sobre la psicología transpersonal, que ve el hombre constituido por algo más que una simple unidad psicosomática, otorgando al "espíritu" una importancia esencial. Eso a Alejandro le salió casi espontáneo, mientras que en Cristóbal parece ser debido a su curiosidad y al terreno fértil preparado por su padre.
De todos modos, la escena es suya y nuestra a la vez. Llama a personas del público participante eligiendo nombres nuestros previamente escritos sobre un papelito que dejamos a la entrada. Eso para que dialoguemos buscando los "nudos" de nuestra mente y la manera simbólica-y-escénica de vencerlos. Una joven que tiene problemas de identificación sexual "descubre", así, (vuelve objetivo un hecho que le quedaba en su subconsciente, por no haberlo aceptado) que su padre quería un hijo masculino. Cristóbal le sugiere a la mujer presentarse al proprio padre con las uñas pintadas de sangre menstrual y llevarle como regalo un huevo de plata (y otro igual guardarlo como regalo personal para ella misma: y de vez en cuando mirarlo). Siguen otras personas, todas con sus "nudos" para resolver. Y ya intuimos el simbolismo que queda en la base de sus actos psicomágicos.
Nos invita a visualizar un diamante en el centro de nuestro cerebro y la luz que irradia. Yo lo vi suave, como de plástico o de hielo derritiéndose; quizá signifique que mi identificación no es fuerte. Roberta me dice que vio un hoyo rodeado de color rojo, y su novio un bastón. Me quedo bien con mi pseudo-diamante.
Luego nos hace cantar nuestro nombre: armonía personal que en pocos segundos se vuelve una sinfonía de la misma tonalidad y de modo mayor, casi significando que todos estamos relacionados mutuamente formando una red. Al dialogar con Cristobal las máscaras caen, el Ego deja lugar al Yo esencial. Comprendes ser parte espiritual e infinito del Todo.
Le preguntan sobre la transformación al actuar "psicomágicamente". Nos contesta: Algunas personas han venido más veces a ver el espectáculo, lo han vivido como una especie de ritual iniciático. Muchos se han encontrado en las escenas representadas. Hubo personas que se besaron y se abrazaron. Hemos sido acogidos muy bien también por la crítica.
Ya hemos llegado a una época en que el despertar de la conciencia ya no es una novedad o algo que se tiene que demostrar. Hay un montón de teorías científicas, de la física a la biología molecular y a la genética, todos hablan de lo que, actuando sobre el justo estado interior, puede modificar nuestra realidad externa. Ya es un hecho, prácticamente una ley física. La gente siempre siente más la necesidad de encontrarse a sí misma y está absolutamente lista para entender. Hasta hace poco la cultura, la sociedad y la familia influenciaron la realidad del individuo tanto que fue fácil no lograr entrever un sentido de sí, o de la misma realidad. Hoy en muchas cosas, en el arte, en la música, en el teatro, en la danza, en la poesía, se puede ver esta transformación. Las personas están adquiriendo cada vez más conciencia y están empezando a indagar su mundo interior.
Por fin, nos invita a reflexionar; dice: Empieza el trabajo interior, y por esta búsqueda el estado de plenitud para acceder al "Sí transpersonal". Mientras busques fuera el cambio, en la organización social, en la política o en la burocracia, no ocurrirá nunca la verdadera transformación. Inicia el trabajo sobre ti mismo; sólo entonces ocurrirá la transformación del mundo exterior.
Regresé feliz, ligero. Con las ganas de ser tuteado por cualquier persona; y de tutear a mi vez. Quizá es eso, el dialogo entre espíritus, lo que nos permite crear la verdadera información que forma la realidad que nos rodea y que nos merecemos.