Los seres humanos creamos culturas. Observamos, pensamos, imaginamos, obramos, comunicamos nuestras experiencias... Somos variados. Construimos nuestra "realidad". Fabricamos opiniones y maneras distintas de narrar nuestras vivencias. Este espacio expone estudios y trabajos del campo de la antropología del bienestar y la salud así como de la antropología de la naturaleza, sus componentes y sus leyes mostrando diversas concepciones y acciones que en esos terrenos se pueden dar y llevar a cabo en las culturas y sociedades del mundo.

Foto: "Águila peleando con serpiente". Tatuaje clásico del artista: Alvar Mena (La barbería tatuajes. Salamanca)

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SEGUNDA ETAPA

jueves, 1 de diciembre de 2011

LOS PULSOS CHINOS.

Por: Alfonso J. Aparicio Mena.


Introducción.

El presente texto corresponde a un capítulo de mi libro: El diagnóstico tradicional chino desde la antropología médica. Bubok Publishing. 2009. Se puede adquirir o consultar sobre él en: http://www.bubok.es/libros/14770/EL-DIAGNOSTICO-TRADICIONAL-CHINO-DESDE-LA-ANTROPOLOGIA-MEDICABreve-estudio-del-pulso-y-la-lenguaAparece también en nuestra página de publicaciones del blog. 
Es evidente que dicho capítulo es un eslabón más entre todos los que forman la cadena de capítulos del libro por lo que sería recomendable leer el libro entero para captar todo su sentido. En las líneas que siguen hablamos de los pulsos chinos como modos de obtención de información necesaria en el procedimiento general y estándar de aproximación comprensiva a los problemas de salud desde la MTC. ¿Cuál es la novedad que mostramos? Lo que representa el hilo conductor de toda la obra: el uso de la antropología para presentar y acercar la MTC al público occidental (principalmente, público técnico) y en especial ciertos procedimientos (el pulso y la lengua) a la vez antiguos y actuales en la práctica de ese sistema terapéutico. Hace la antropología, pues, el papel de "puente cultural" (en este caso dentro del ámbito de la atención en bienestar y salud) entre sociedades tan diferentes como la Occidental (matriz) y las asiáticas; más concretamente la china (o chinas).

(Queda prohibida su reproducción sin permiso expreso del autor).


Los pulsos chinos.

Existen numerosas y diferentes fuentes a las que podemos acudir para estudiar el significado y el uso de la pulsología china (fuentes en lengua china y fuentes en otras lenguas). Mi explicación sigue la línea académica oficial-convencional de la enseñanza de la medicina china en la actualidad. Se presenta aquí de forma muy resumida. Sin embargo, el hecho de exponerlo en una lengua diferente a la china implica que hablemos de una medicina intercultural.

La MTC es una medicina sociobiopsicoecocultural, como la mayoría de las medicinas tradicionales del planeta (Aparicio, 2007). Esto quiere decir que entiende al ser humano desde un modelo complejo, no desde el modelo biologista propio y característico de la medicina convencional occidental. Los males en MTC son vistos como situaciones de desequilibrio (desarmonías, así llamadas por T. J. Kaptchuck, 1995) que atañen a la persona al completo, aunque en apariencia se manifiesten más en una parte. Los problemas de salud no son entendidos ni transmitidos como hechos aislados con una causa específica, mostrándose de forma unidireccional, sino como vivencias en las que intervienen las expresiones de alteración relacionadas con otros hechos simultáneos en la persona y fuera de ella. Para entendernos, diríamos que cuando lanzamos una piedra a un estanque, el choque produce ondas que, aunque atenuadas, llegan a todos los puntos de la superficie, hasta tocar la orilla. De igual forma, un mal no afecta sólo a la parte o función del cuerpo implicadas, o más implicadas, sino que, de manera atenuada, también llega al resto del cuerpo y, a través de la vivencia, a toda la persona. La MTC es creativa en el trabajo de aproximación comprensiva y en el de curar (modo de atender y camino de ayuda y atención). Esto quiere decir que las soluciones a los problemas pueden componerse como puzzles diferentes teniendo en cuenta el acercamiento comprensivo y la elección terapéutica de cada profesional. Ejemplo: ante un problema de lo que llamamos estreñimiento, bien diferenciado y ubicado (hay varias clases de estreñimiento según la MTC que hay que entender y singularizar en cada persona), distintos profesionales podrán optar por propuestas y soluciones terapéuticas diferentes, basados cada uno en su ruta de aproximación comprensiva a la alteración. Se podrá hacer una propuesta según el diagnóstico Zang-fu (órganos y vísceras entendidos: a) como imágenes discursivas que atañen a estructuras y funciones del cuerpo, y b) como expresiones simbólicas que tienen que ver con la integridad y complejidad de la persona humana en relación con su entorno social, natural y cultural). Se podrá hacer otra propuesta según el diagnóstico meridiano (visión de la circulación bioeléctrica –expresión que usamos para entendernos- a su paso por la piel y por el interior). Y se podrán hacer propuestas desde otras perspectivas, incluso mixtas.

Los pulsos chinos nos proporcionan informaciones que obtenemos tocando tres puntos próximos a la muñeca sobre la arteria radial (pulsos radiales) y otros puntos del cuerpo (pulsos distales). Pese a que la percepción es sensorial, la interpretación es cuantitativa-cualitativa.

Aquí nos ocuparemos de explicar sucintamente los radiales.


Para Eric Marié la formación de los pulsos depende de varios parámetros, principalmente: la actividad funcional de los Órganos y de las Entrañas, que imprime a los pulsos características identificables; la Energía fundamental (Zong Qi) que controla el impulso y la regularidad del ritmo cardiaco; la Energía del Estómago (Wei Qi) que representa la parte constitutiva más importante, porque el Estómago es la fuente de alimentación para el conjunto de los Órganos, Entrañas y tejidos del cuerpo; el Qi y la Sangre, porque los pulsos se forman mediante el encuentro de dos fuerzas complementarias: el Qi y los Vasos (Mai Qi), naturaleza Yang y masa de Sangre, de naturaleza Yin (Marié, 1998: 253).

La terminología china en Pi Jin (fonética china y alfabeto latino) traslada a nuestra mente los modos de pensasmiento y organización del estudio y del análisis de las cosas (y de los problemas de salud) propios de los chinos. Las ideas cobran forma a través de la palabra, de las palabras. La traslación de un idioma a otro no lleva consigo el trasvase de experiencias sino la interpretación de las mismas. En castellano, en portugués, en francés o en inglés hablamos de la medicina china que nosotros entendemos y que comunicamos en nuestras lenguas. Las palabras originarias que mantenemos en la comunicación médica fuera de China son claves lingüísticas con las que nos referimos a determinadas representaciones discursivas sobre salud y enfermedad, o sobre aspectos específicos de ambas. Del simbolismo originario de las expresiones gráficas chinas pasamos a una interpretación que nosotros hacemos adaptada y acomodada a nuestras realidades sociobiopsicoecoculturales respectivas. Según todo esto, entenderíamos los pulsos chinos como la expresión de la dinámica compleja del individuo en puntos determinados de su cuerpo. Esa dinámica tendría que ver con la circulación de la sangre, con lo que los chinos llaman Qi (que aquí interpretaríamos como energía vital ligada a la sangre) y con la actividad de los órganos internos; pero advirtiendo que nuestros órganos y nuestra sangre física (lo que significan en nuestras lenguas y culturas) son, además, en el pensamiento tradicional chino: órganos y sangre simbólicos (dotados de más asociaciones conceptuales que las que define la biología y la ciencia occidental).

Palpando obtenemos información sobre la naturaleza y la localización de las enfermedades. Pero no olvidemos que no hablamos de enfermedades desde la óptica biologista sino desde la visión amplia, compleja e interrelacionada del ser humano (enfermedad como desequilibrio y como vivencia, no únicamente como expresión aislada de un problema concreto con una causa diferenciada). Como los pulsos son una expresión del dinamismo vital, se producen variaciones de matiz constantemente. El profesional y estudioso, deben conocer estándares  generales que permitan determinar las características del problema que tenemos delante, ubicándolo en “espacios de alteración” que irán perfilándose y definiéndose con otros procedimientos del examen clínico (por ejemplo: la observación de la lengua).

En cada muñeca se palpa sobre tres emplazamientos a lo largo de la arteria radial. Estos lugares se denominan: cun, guan, chi (que se han traducido por: pulgar, barrera y pie).  Delante de la apófisis estiloide del radio tenemos el cun; detrás, el guan; e inmediatamente después del guan (hacia el codo), está el chi. La obra didáctica: “Fundamentos de Acupuntura y Moxibustión de China” (1997: 50), publicada por el Centro de Ediciones en Lenguas Extranjeras de Beijing señala:

Las tres regiones, cun, guan y chi de la mano izquierda reflejan respectivamente la condición del corazón, hígado y riñón y las de la mano derecha, la condición del pulmón, bazo y riñón.

Como ya hemos dicho, y usando la antropología como puente de acercamiento entre culturas, cuando se habla de órganos, o cuando se hace referencia expresa a alguno de ellos, en MTC no sólo nos estamos refiriendo a la estructura orgánica que se nombra (es decir, a sus características físicas, constructivas y de funcionamiento) sino también a rasgos simbólicos que la acompañan y a aspectos estructurales y funcionales más amplios e interrelacionados que, según la comprensión del cuerpo y de la persona en MTC se relacionan directamente con el órgano mencionado. En los pulsos, pues, detectamos aspectos cuantitativos relacionados con el bienestar y los desequilibrios, perceptibles a través del tacto; y aspectos cualitativos (calidades) que se organizan alrededor de la expresión Inn/Iang (Yin/Yang) como procedimiento dialéctico de ordenamiento y clasificación (Aparicio, 2004). Así, cuando hablamos, por ejemplo, de pulmón nos estamos refiriendo a hechos biológicos  amplios relacionados con ese órgano y/o con sus funciones. Pero además, con otras partes del cuerpo y otros hechos de la persona al completo que tienen relación directa/indirecta con la estructura mencionada y sus funciones. A ello hay que sumarle las características y rasgos simbólicos asociados a dicho sistema y definidos en la tradición médica china.

Las condiciones ideales para la toma de pulsos chinos, según el libro: “Fundamentos de Acupuntura y Moxibustión de China” (1997), son las siguientes: la persona, cómodamente sentada, extiende el brazo y lo apoya sobre una almohadilla con la palma de la mano hacia arriba. El médico localiza el pulso guan con la yema del dedo medio. Los pulsos cun y chi se localizan respectivamente de forma natural con los dedos índice y anular. La técnica consiste en presionar ligeramente hasta percibir el latido o salto. A la presión inicial suave sigue una presión media y otra profunda (relativa). Los dedos del profesional entrenado suben y bajan hasta localizar la onda de latido que se percibe de forma unitaria. No obstante, también se puede hablar de cada pulso individualmente. Como en MTC cada órganoZang (en realidad, sistema complejo) está asociado a una víscera, Fu, podemos precisar más los pulsos diciendo que la percepción superficial corresponde a los Zang (pulmón, bazoriñón, corazón, hígado, riñón) y la profunda a los Fu (intestino grueso –asociado al pulmón-, estómago, asociado a bazo-, vejiga –asociada a riñón-, intestino delgado –asociado a corazón-, vesícula biliar –asociada a hígado- y San Jiao –asociado a pericardio o a riñón según escuelas-). El momento ideal para tomar los pulsos es la mañana, al despertar. Pero, como eso no siempre es posible, es mejor tomarlos cuando no se haya hecho un esfuerzo físico, no se haya fumado, no se haya bebido, no se haya tenido una relación sexual, no se haya transpirado, no se haya comido, no se haya experimentado una emoción fuerte, no se haya tenido una discusión, no se haya tomado algún medicamento importante o no se hayan ingerido sustancias estimulantes o alteradoras de equilibrio y la racionalidad. La palpación de los pulsos debe durar entre medio y un minuto en cada muñeca.

Para valorar la variabilidad de los pulsos hay que tener una referencia de normalidad estándar que se ajustará después a la persona que tenemos delante. La normalidad de una persona no tiene que coincidir exactamente con la normalidad de otra; si bien ambas deben encontrarse dentro de la franja relativa de la normalidad estándar. Por regla general, una persona sana tiene 4-5 pulsaciones por ciclo respiratorio completo. Hemos de tener en cuenta la edad, la constitución y la dedicación y estilo de vida de las personas que tenemos delante para entender mejor sus pulsos. En cuanto a la frecuencia, por ejemplo, el pulso de un bebé es mucho más rápido que el de un adulto. El pulso de un niño de 6 años es más rápido (que el de un adulto). El pulso de alguien cuyos padres lo tienen rápido, tenderá a ser rápido. El pulso de un deportista suele ser más lento que el del común de la gente. Las mujeres suelen tener el pulso más rápido que los hombres, etc. Si nos fijamos en la regularidad, el pulso normal estándar no debe tener interrupciones ni alteraciones o disminuciones de ritmo. Debe ser un pulso tranquilo. En unas 50 pulsaciones no debe haber pausas.

En MTC, los pulsos radiales deber percibirse como una onda que llega a los tres dedos del profesional. Sin embargo, la repartición justa no significa la misma percepción de golpe en todos los sitios. El punto chi de ambas muñecas suele ser menos perceptible que el resto en superficie. Los pulsos de la mano izquierda generalmente son más fuertes que los de la mano derecha. El pulso varía dependiendo de las estaciones y de la hora del día (clima y cronobiología). A nivel de emplazamientos específicos, el pulso de cada órgano o víscera tendrá las características particulares del matiz del pulso general correspondiente a cada estación; tengamos en cuenta que en MTC la relación e interacción con el medio climático es muy valorada, entendiendo que el ambiente afecta de forma diferente según el momento del año. Además, cada órgano-víscera tiene una relación propia con las distintas estaciones del año. Así, por ejemplo, pulmón depende más de otoño; corazón, de verano; riñón, de invierno, etc. Hay otras características de influencia a tener en cuenta cuya complejidad hace que no las expongamos aquí.

Los problemas y alteraciones del bienestar varían la normalidad de cada cual pudiendo modificar la frecuencia, la dimensión, la forma, el ritmo, la posición, la intensidad de sus pulsos, llegándose a ver hasta 28 pulsos patológicos. Los pulsos anormales más frecuentes, o más frecuentemente detectados, son: superficial (pequeña percepción al tocar, que desaparece al presionar; propio de procesos de desgaste, enfermedades crónicas, debilidad y cansancio…); profundo (se percibe presionando fuerte. Es propio de problemas internos); lento (frecuencia inferior a 4 golpes por respiración completa; típico de síndromes y alteraciones en terreno de deficiencia, debilidad, agotamiento, frío); rápido (al contrario que el anterior: más de 4-5 golpes por respiración completa. Síndromes y problemas de exceso, calor, plenitud, agitación…); resbaladizo  o deslizante (se aprecia un pulso como de pequeños granos de guisante. Suele coincidir con síndromes de acumulación y bloqueo: líquidos, flemas, embarazo…); tenso o cuerda (como si se apreciase una cuerda que tira. Propio de males de deficiencia de Inn e hiperactividad de Iang de hígado; es decir: pérdida de líquidos o masa acompañada de calor metabólico); pleno o fuerte (puede ser normal en determinados momentos de la vida y de la juventud; puede ser anormal en alteraciones de tipo exceso, calor hiperactividad, hipermetabolismo, gran dinamismo biológico por alteraciones…Es fuerte en superficie y en profundidad, demasiado vital); débil (sin fuerza, poco perceptible en superficie y perdido al presionar, propio de síndromes de deficiencia); filiforme (pulso como un hilo, generalmente poco perceptible, pero puede percibirse más cuando hay infecciones y pérdida de líquidos); corto (rápido con pausas irregulares; síndromes de hiperactividad de calor y retención de alimentos); intermitente (con pausas irregulares; síndromes con pérdida de energía, sangre…).

Los pulsos pueden ir asociados en superficie y/o en profundidad. De esta manera, podemos detectar un pulso filiforme y rápido en superficie y diferente en profundidad, o un pulso resbaladizo y lento en profundidad y diferente en superficie; etc. En todo caso, no olvidaremos las características individuales de la persona que tenemos delante, el momento del día, la época del año y otros factores y elementos internos y externos de ella que condicionen la expresión de su pulso. Tampoco hemos de olvidar que los pulsos son una aportación de información que hay que incluir dentro de una percepción global e interrelacionada de la persona enferma. Será el todo, la información completa, analizada y estudiada, la que nos proporcionará la aproximación mayor al estado de alteración sufrido, observado y narrado.

Todos los pulsos se pueden clasificar en: pulsos Inn y pulsos Iang. Este procedimiento nos orienta y guía en el camino a seguir en la aproximación comprensiva del problema. Antropológicamente hablando, entendemos pulsos Inn los pulsos poco perceptibles, lentos, débiles, perdidos, poco manifestados; y pulsos Iang, los fuertes, acentuados, sostenidos, intensos, inquietos, rápidos. El profesional experimentado diferenciará individualmente (cada pulso) si es necesario; y precisará si la alteración está en órganos (Zang) o vísceras (Fu), sin olvidar que ningún desequilibrio es un hecho aislado en la persona; es decir, que todo tiene que ver con las interacciones y con la dinámica y gestión de las experiencias que ella haga.

Los pulsos se complementan muy bien con la información que proporciona la lengua, ayudando a precisar y concretar el síndrome o alteración troncal; así como el desequilibrio específico llegado el caso.

Bibliografía del capítulo


-Aparicio, A. 
2007-I. Cultura tradicional de salud en Mesoamérica. Del chamanismo arcaico a la etnomedicina. Tesis doctoral. Universidad de Salamanca.
2007-II. Etnomedicina en Mesoamérica Central. Monografias.com.Salud general.
-Fundamentos de acupuntura y moxibustión de China. 1997. Ediciones en lenguas extranjeras. Beijing.
-Kaptchuck, T. 1995. Medicina China, una trama sin tejedor. Ed. La liebre de marzo. Barcelona.

-Marié, E. 1998. Compendio de medicina china. Edaf. Madrid.