Autores: Alfonso J. Aparicio (Antropólogo de la salud y Docente. Investigador) – Boris Aparicio (Estudiante de Arquitectura y Antropología. Investigador).
El presente artículo pertenece a la ponencia que los autores expusieron en el X Congreso Internacional de Arquitectura de Tierra (X CiaTTI 2013) Cuenca de Campos, provincia de Valladolid; publicado en:"Construcción con tierra, Pasado, Presente y Futuro" - Congreso de Arquitectura de Tierra en Cuenca de Campos 2012
Coordinadores: Félix Jové Sandoval. José Luis Sáinz Guerra.
ISBN: 978-84-616-3485-9
D.L.: VA 257-2013
Impreso en España
Abril de 2013
Publicación online.
D.L.: VA 257-2013
Impreso en España
Abril de 2013
Publicación online.
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción.
RESUMEN
Las relaciones entre países y culturas a lo largo y ancho del
mundo suponen en la actualidad la posibilidad de sumar conocimientos y
experiencias provenientes de tradiciones y gentes distintas a las de nuestros lugares
de origen.
Queremos reflejar en este trabajo el valor de la
interculturalidad desde una aproximación arquitectónica y antropológica, la
conjunción de dos culturas materializada en una construcción cargada de
simbolismo: el temazcal mesoameriacano. En su origen, significa muchas cosas,
una de ellas: la regeneración físico-simbólica de la persona. Se trata de una
construcción cupular en tierra, de tamaño variable, que se calienta para
producir vapor a partir de agua con plantas. Este baño de vapor tiene efectos
de bienestar sobre el cuerpo y sobre los constituyentes no físicos de la
persona. Regenera, limpia, desbloquea, hace “morir” una parte del ser y “nacer”
otra.
A partir de esas ideas originarias hemos querido construir un
espacio parecido en un contexto sociocultural distinto (el nuestro,
occidental), con el fin de aprovechar sus ventajas para la salud y para el
bienestar físicos. Pero también para provocar, a través de la experiencia,
sensaciones variadas que nos permitan regenerar las partes de nuestro interior
más afectadas por el estrés de la vida cotidiana en nuestro medio occidental.
PONENCIA
1.- Introducción (aclaraciones, objetivos, métodos…)
Empezaremos comentando e intentando aclarar un aspecto
importante: entendemos por “espacio intercultural” el contexto (físico social y
cultural) resultante de interacciones de personas pertenecientes a distintas
colectividades y tradiciones.
Es necesario que la cultura 1 y la cultura 2 estén en contacto
el suficiente tiempo para que surja y se desarrolle la cultura 3. Aquí
hablaríamos de una interculturalidad “natural”. Pero entendemos que el hecho de
la interculturalidad también nace del deseo, personal o colectivo, de juntar o
articular convenciones diferentes. En esta ocasión, la interculturalidad resultante
proviene de un plan. Es el caso aquí expuesto y explicado.
Quisimos, pues, articular una convención originaria
relacionada con el bienestar y la salud (el baño ritual temazcal) con otra, la
nuestra, occidental.
Nos interesamos por este proyecto,
a)
Porque conocíamos previamente el temazcal
oaxaqueño así como sus simbolismos, a raíz de varias estancias en Mesoamérica
trabajando en un estudio sobre etnomedicinas locales.
b)
Porque, tanto el soporte físico (construcción)
como la información asociada tienen (en el temazcal originario) una relación
estrecha con la tierra. El temazcal como edificio se suele construir con adobes
y, como baño ceremonial, está ligado a la “madre tierra”, pero también al
“fuego purificador”, al agua (vapor) y al aire-viento (movimientos del calor y
del vapor). En el contexto originario, tierra, agua, fuego y aire tienen la
doble visión física (sensorial) y simbólica.
c)
Porque nos pareció (fuera del estricto
simbolismo originario) un medio válido y útil en nuestro contexto occidental beneficioso
para la salud y bienestar, visto ya como baño culturalmente transformado.
Nuestros objetivos específicos fueron:
a)
Recrear un temazcal oaxaqueño
b)
Articularlo tanto física como simbólicamente con
nuestro pensamiento occidental y nuestro concepto del relax y del bienestar
c)
Utilizarlo para el ocio y/o como complemento de
la salud
En una conjunción de aspectos culturales diferentes, hay que
tener muy en cuenta el respeto de los unos por los otros; de lo contrario,
podemos caer en actitudes etnocentristas, desembocando en el colonialismo
cultural y el apropiamiento de lo que no nos pertenece.
Nuestro ensayo no pretende reproducir la convención originaria
del baño ritual mesoamericano. Se trata de una manera distinta de concebir el
bienestar del vapor, combinando elementos tradicionales y étnicos diversos.
Según Clifford Geertz (1990) las culturas sólo pueden-deben
ser explicadas por sus protagonistas, es decir, aquéllos que las crean y viven.
Por ello, no nos corresponde a nosotros explicar los significados simbólicos
locales del baño ritual. Volcar en estas líneas las referencias amplias de los
originarios consumiría excesivo espacio y se alejaría del tema específico del
trabajo. Algo expondremos, no obstante, pero remitimos al lector a nuestras
publicaciones (ver bibliografía):
- Cultura tradicional de salud y etnomedicina
en Mesoamérica
- La limpia en las etnomedicinas
mesoamericanas
-
The limpia in the mesoamerican ethnomedicines
- El temazcal en la cultura tradicional de
salud y en la etnomedicina mesoamericanas
De otros autores, destacamos la obra de Jacques Galinier (ver
bibliografía).
Siguiendo a Clifford Geertz (1990), nos corresponde a nosotros
explicar nuestro proyecto. Dado que confluyen en él dos disciplinas, la
arquitectura y la antropología de la salud, creemos que, sin ánimo de hacer
particiones inconexas, es bueno que dediquemos una parte de la explicación al
temazcal como construcción y otra al temazcal como baño y sus simbolismos.
En cuanto a los métodos, teníamos que conjugar dos aspectos:
a)
El acercamiento comprensivo al temazcal
originario.
b)
El proceso constructivo
La aproximación a la comprensión del temazcal original se hizo
a través de la etnografía, método antropológico por excelencia que, junto con
la específica OP (observación participante, propia del trabajo de campo)
constituyeron las grandes herramientas para indagar y obtener la información
sobre el contexto estudiado.
Las estancias previas en Mesoamérica nos permitieron disponer
de esa información. En la etnografía, cabe tanto la perspectiva ethic (datos e
informaciones obtenidos por procedimientos verificacionistas) como la emic
(punto de vista del protagonista de la cultura estudiada, sus relatos de
experiencia).
El conocimiento del proceso constructivo nos ayuda a
identificar rasgos de las referencias originarias a considerar en el nuevo
proyecto. La materialización del mismo la llevamos a cabo, pues, siguiendo
orientaciones de ejecución para el uso del adobe así como referencias de
informantes sobre la construcción de un temazcal tradicional mesoamericano.
2.- El temazcal físico (la construcción)
El temazcal es el baño
de vapor ceremonial-terapéutico de Mesoamérica. De origen prehispánico, se
utilizaba principalmente para las parturientas después de dar a luz. La
finalidad: limpiar a la mujer de la suciedad (simbólica) y elementos residuales
del parto (Aparicio, 2008).
Impulsado como elemento de la cultura maya, fue acogido por el
resto de pueblos con que éstos tuvieron contacto, de tal modo que, hoy día,
podemos ver referencias por todos los territorios mexicanos, especialmente en
Oaxaca y Chiapas1.
Si bien su finalidad se ha mantenido inalterada a lo largo
del tiempo, la materialización de este
elemento como recinto cubierto, habitáculo o edificio se nos presenta
como una realidad muy diversa.
No existen unas constantes formales que definan cómo es o ha
de ser un temazcal. Sin embargo, ya sea en planta circular, cuadrada o
rectangular, levantada en más o menos tiempo con piedra, adobe, madera o caña y
resuelta su cubrición de un modo u otro, siempre permanecen presentes en la
comprensión del temazcal unas condiciones que nos permiten hablar de una tipología de temazcal. Éstas serían:
a) Configuración
de un único espacio, oscuro.
b) Con
un único acceso, reducido, orientado hacia el Norte2.
c) Ubicación
de una fuente de calor en contacto con piedras de gran inercia térmica (por lo
general de origen volcánico, sólamente o en combinación con cantos rodados) que
alcanzan y mantienen grandes temperaturas y, al arrojar agua sobre ellas,
desprenden el vapor en el interior del temazcal.
d) Salida
de humos procedentes de la combustión.
Fig. 01. Acto de la ofrenda del cacao. Fuente: Boris
Aparicio.
Nosotros hemos optado por la formalización en planta circular,
como referencia al torito o la yurte siberiana (Aparicio, 2008).
Como material, hemos empleado la tierra propia del territorio donde se halla emplazado, siguiendo también los consejos de informantes locales. Los muros, cuentan con unos
A nivel estructural, se trata de una falsa cúpula, por aproximación de hiladas, apoyada sobre un tambor cilíndrico. Barajamos otras soluciones para la cubierta pero, por economía de medios así como por sencillez de ejecución, unido a la integridad que supone el hecho de ser un único elemento continuo que se continúa y termina cerrando, elegimos finalmente la opción que hemos señalado.
Fig. 02. Croquis del temazcal tratado. Fuente: Boris Aparicio y Alfonso
Aparicio.
Pese a la forma circular, que invita a intuir la ubicación de
la fuente de calor en el centro del espacio interior, hemos situado ésta,
siguiendo las indicaciones de Dª Norma (Aparicio, 2008), fuera del habitáculo,
evitando así la presencia de humo y ceniza sin necesidad de abrir un óculo en
la parte superior.
Tenemos por lo tanto un cuerpo sólido de tierra que recuerda a un iglú, con dos aperturas, ambas adinteladas y a ras de suelo. La primera, el acceso (orientado al Norte) y la segunda, enfrentada, una pequeña ruptura de la continuidad de la tierra para la ubicación de las piedras volcánicas a modo de porción de muro practicable (para la sustitución periódica de dichas piedras, 51 concretamente4) que desde fuera recibe el calor del fuego y desde dentro el agua para producir el vapor.
La duración de la ejecución del temazcal fue de 9 días5
Tenemos por lo tanto un cuerpo sólido de tierra que recuerda a un iglú, con dos aperturas, ambas adinteladas y a ras de suelo. La primera, el acceso (orientado al Norte) y la segunda, enfrentada, una pequeña ruptura de la continuidad de la tierra para la ubicación de las piedras volcánicas a modo de porción de muro practicable (para la sustitución periódica de dichas piedras, 51 concretamente4) que desde fuera recibe el calor del fuego y desde dentro el agua para producir el vapor.
La duración de la ejecución del temazcal fue de 9 días5
Fig. 03 y 04. Secuencia del proceso de construcción del
temazcal. Fuente: Boris Aparicio y Alfonso Aparicio.
3.- El temazcal como baño y sus simbolismos.
El temazcal como baño ceremonial en su contexto originario se
relaciona directamente con los mundos de creencias y con los modos de entender
y atender en salud-bienestar.
Dicho baño viene a ser una “limpia” especial. La “limpia”, nos
dicen los locales mesoamericanos, es un procedimiento por el que se eliminan al
cliente o paciente “residualidades tóxicas” en el plano físico, en el psíquico,
en el emocional, en el “espiritual”, en el “energético” y en otros. Se pueden
pasar o frotar determinadas plantas (ramos de pirul, ramos de romero,…)
alrededor de la persona; se pueden pasar huevos; se puede sahumar con copal e
inciensos diversos; se puede envolver en vapor de cera derretida, etc. Con
éstos y otros procedimientos y medios, el “mal” es eliminado.
En el temazcal, visto como tipo especial de “limpia”, la parte
negativa de quienes entran, relacionada con las distintas adherencias tóxicas,
“muere”. Cuando aquéllos salen, lo hacen como personas nuevas. En las
tradiciones ancestrales se compara el temazcal con un gran útero en el que se
gestan los cambios para renacer.
El fuego, el agua (vapor), los ramos de plantas para frotarse,
los cánticos y rezos del conductor o la conductora de la ceremonia y los
movimientos diversos dentro del habitáculo (movimientos del vapor, movimientos interiores
de las personas) son los activadores del proceso de transformación.
En el Códice Florentino (Sahagún, 1994) se habla del temazcal
como medio de limpieza “especial” de la madre tras el parto. López Austin
(1997) señala que en las tradiciones mesoamericanas, la concepción y gestación
se veían dentro de las esferas conceptuales de lo pecaminoso. Por ello, cuando
la parturienta daba a luz, era conveniente “limpiarla”. El baño ceremonial era
el medio indicado para eliminar la “suciedad” simbólica y la física.
Hay relación entre los simbolismos del juego de pelota y el
temazcal. Existen restos arqueológicos de temazcales junto a las canchas (sitio
de Tenango del Valle de México, el temazcal en este caso de base cuadrada).
Se tienen sensaciones diferentes cuando uno entra en un
temazcal operativo de la tradición indígena actual y cuando uno se sienta en la
base de lo que fue un temazcal nahua. El contacto con los restos arqueológicos
arrastra la imaginación al pasado. La vivencia del vapor ceremonial es una
sucesión de sensaciones de desprendimiento y alivio (en palabras de los
informantes y según nuestra experiencia).
Al idear nuestra construcción quisimos acercarnos más a
experiencias saludables y relajantes que a vivencias y simbolismos amerindios.
En un encuentro intercultural nace un estándar cultural nuevo
que tiene parte de las tradiciones que convergen y que a su vez traza rumbos
diferentes con esos previos culturales. Cuando la nueva “convención” es
resultado de un plan, se impone (se debe imponer) primero el respeto por las
culturas que se juntan, y segundo la construcción y definición de la nueva
identidad cultural.
Para lo primero ya hemos aclarado que sería un acto
etnocentrista subyugar una tradición a otra. Para lo segundo, completar a lo ya
dicho que nuestro baño de vapor pretende además de ayudar a crear experiencias
saludables (sudoración por la que se eliminan sales residuales,
reblandecimiento de tensiones y contracturas musculares, mejora de la movilidad
articular, etc), activar la imaginación a través del recogimiento en un espacio
reducido y oscuro; o simplemente “desconectar”, por unos momentos, a quien lo
experimenta, de problemas, tensiones, ajetreos y estrés (físicos, mentales y
emocionales) de la vida diaria.
Después del baño (e incluso durante el mismo) conviene
remineralizarse con bebidas isotónicas. En mesoamérica, cuando se sale del
temazcal, se suele descansar unos 20 minutos sobre esterillas, cubiertos con
una manta, además de tomar un té de hierbas remineralizante. Se trata de un
puente de tránsito simbólico y físico. A nivel simbólico, la persona se va
uniendo a la “energía” que dirige el espacio de la cotidianeidad. A nivel
físico, el cuerpo se adapta a su medio habitual.
Desde nuestra óptica añadiríamos que ese pequeño descanso
ayudaría a acomodar al medio la temperatura corporal además de la presión
arterial.
4.- Conclusiones.
No nos resultó fácil en un principio casar y articular
tradiciones culturales y constructivas mesoamericanas, locales cerrateñas y
tecnocientíficas.
A ello hubo que unir la armonización de dos disciplinas
diferentes (antropología y arquitectura) con modos de ver distintos. La
flexibilidad y el diálogo fueron claves de entendimiento. La confianza y el
reparto de tareas también. No obstante, hubo puntos de diferencia que generaron
su tensión.
Antropológicamente hablando, valoramos no sólo la
interculturalidad resultante de la confluencia de tradiciones diferentes sino
también el modo de resolver los problemas y conseguir un resultado con la
interdisciplinariedad. En toda novedad hay que idear y ensayar modos y maneras
de hacer también nuevas.
Nuestro proyecto despertó desde el principio curiosidad e
interés tanto en nuestra tierra como en México. Socioculturalmente hablando,
creemos que el trasvase de contenidos entre tradiciones diferentes es
enriquecedor, aporta visión de otros ámbitos y contextos del “desarrollo”
humano y ayuda a crear experiencias distintas, sobre todo cuando éstas tienen
relación con el bienestar. La cerrazón y la falta de tolerancia impiden, a
nuestro juicio, que la gente avance en armonía.
La apertura a la interculturalidad enriquece, en nuestra opinión, sobre todo cuando se construye sobre los pilares del respeto y de intercambios no colonizadores.
Citas y notas |
1. En
otros pueblos amerindios, de Norteamérica, existen las llamadas sueat houses, “casas de sudor”.
2, 3, 4, 5. Según Dª Norma.
Agradecimientos
A la terapeuta de temazcal Dª Norma Yescas (Tutla, Oaxaca) por
sus orientaciones. A Adobera del Norte (Amayuelas de Abajo, Palencia) por su
asesoramiento, y al resto de nuestros informantes tanto americanos como
castellanos.
Bibliografía
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- “El temazcal en la cultura tradicional de salud y en la
etnomedicina mesoamericanas”. En Gaceta
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salud y etnomedicina en Mesoamérica. Trafford Publishing. Alberta (Canadá),
2008.
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- La limpia en las
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- The limpia in the mesoamerican ethnomedicines.
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